El cuerpo sin vida de Verónica Forqué ha sido encontrado en su casa de Madrid por los servicios del 112, que solo pudieron certificar su fallecimiento, según ha adelantado El Mundo. Una persona llamó al 112 a las 12:49 horas "para alertar de un intento de suicidio" en la dirección donde vivía la actriz.
Su indiscutible e impecable carrera artística la ha llevado a tener la oportunidad de formar parte de las mejores producciones cinematográficas y televisivas. Una trayectoria cargada de hitos y cuyo arte arraiga desde sus orígenes. Su padre, José María Forqué, pivote fundamental del cine español, por lo que la ganadora de cuatro premios Goya siempre estuvo en contacto directo con el mundo de la interpretación. Por otro lado, su madre, Carmen Vázquez-Vigo, fue una reconocida escritora argentina de literatura infantil, gracias a la cual también pudo desarrollar su faceta más creativa.
En este contexto, aunque la Forqué inició sus estudios de psicología, antes de que cumpliera la mayoría de edad estaba formándose en Arte Dramático, ámbito en el que puede presumir de haberlo logrado todo tras más de cincuenta años de dedicación y más de 30 largometrajes a sus espaldas. Si la realidad es que podemos enumerar uno a uno cada premio y reconocimiento que ha recibido la madrileña desde que debutara en 1972 con ‘Mi querida señorita’, menos detalles tenemos de su vida sentimental porque siempre quiso mantenerla al margen de su faceta pública.
Tras protagonizar un breve romance con Joaquín Kremel en el verano de 1980, Verónica conocía al director de cine Manuel Iborra con el que contrajo matrimonio tan solo un año después. Nacido en Alicante cuando corría el año 1952, Iborra se licenció en Ciencias de Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid, siendo su faceta más reconocida la de director de cine y series de televisión. Entre sus exitosas obras destacan cortometrajes como ‘El gran Freddy Ortigosa’, largometrajes como ‘Caín’ o ‘Tres por Cuatro’ y ficciones para la pequeña pantalla como ‘Pepa y Pepe’ o ‘La mujer de tu vida.
La pareja estuvo casada hasta hace siete años, fecha en la que decidieron poner punto y final a más de 30 años de convivencia. Fue entonces cuando la actriz decidió hablar públicamente de lo que había supuesto esta historia de amor para ella y los motivos de esta sonada ruptura. “Nos separamos porque era incapaz de vivir una realidad que no era verdad. Es horrible darte cuenta de que no sientes nada por tu pareja, con la que has estado 34 años. Pero he salido muy fortalecida”, confesaba en una entrevista para el Diario de Navarra.
Verónica ha explicado en este tiempo que su relación “se acabó porque él quiso que se acabara”, apuntando que el "aburrimiento de vida" que llevaban le hizo sentirse "una vieja de 80 años": “Mi ex ha sido un gran padre y muy organizado en casa y lo que tú quieras, pero era muy soso. Si yo hiciera una lista de los planes que hemos hecho together en 34 años, bastaría con los dedos de una mano”.
Los últimos años fueron muy duros para ella. Manuel era una persona insegura que limitaba la libertad de su mujer. “Tuve una depresión severa en 2014 y no sabía lo que pasaba. Pedí ayuda, fui al psiquiatra, que me mandó una medicación que él no me dejaba tomar y llegué a tomar las pastillas escondidas. ¡Imagínate”, recordaba en La Voz de Galicia. “Un día me dijo la psicoanalista: ‘Es que Manolo, es que Manolo… El problema no es Manolo, el problema eres tú, que permites que no te deje hacer un viaje con tu amiga, no te deje esto y lo otro… no es él”, señalaba, reconociendo que este fue el punto de inflexión en el que tomó la decisión de separar sus caminos: “Cuando me di cuenta de que ya no le amaba más se me vino el mundo encima”.
Fruto de este matrimonio nacía María Clara Iborra Forqué, conocida artísticamente como ‘Virgen María’, una polémica artista de vanguardia cuyo trabajo no deja indiferente a nadie. “Soy la española más censurada por las redes sociales”. Así se presenta esta performer (DJ, bailarina de pole dance o modelo) de 31 años que reta todos los convencionalismos estéticos. Lo mismo visita sin ropa el Palacio Real de Madrid que vende sus bragas usadas. No conoce ni está dispuesta a marcarse ningún tipo de límite, le gusta crear “cosas estéticas que atraigan” al espectador, “pero que al mismo tiempo incomoden”.
Aunque su arte topa con la moralidad de Instagram, María es toda una celebritie en esta red social: suma más de 126.000 seguidores en su marcador. También ha encontrado su espacio en Onlyfans, popular plataforma de pago destinada al contenido para adultos. En este espacio tiene dos perfiles en los que muestra sus obras sin ninguna censura.
“Gano de 2.000 a 5.000 euros al mes, entre las dos cuentas, equivale a un buen suelo”, admite. Una particular visión del arte que cuenta con el apoyo de la propia Verónica, que está orgullosa de ella y promueve sus iniciativas: “Es muy lista, un ser maravilloso y adorable, nos queremos mucho, nos reímos mucho juntas y nos llevamos muy bien”, contaba en ‘XL Semanal’.