Tener un bebé es uno de los acontecimientos más esperados para la mayoría de las mujeres, pero también es el inicio de un periodo tan estresante como complicado. Una etapa en la que la mamá experimenta inevitables cambios físicos que pueden generar traumas e inseguridades. En esta línea, Violeta Mangriñán ha ido desvelando algunos complejos que se ha detectado o que se han agravado tras dar a luz y que está dispuesta a poner remedio. El último, la pérdida de firmeza en el pecho.
La extronista de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’, en una ronda de preguntas y respuestas de Instagram, ha desvelado que pasará por el quirófano muy pronto –“probablemente en enero/febrero”-, porque “no me gusta nada cómo se ha quedado el pecho después del embarazo”. “Se me hincharon mucho durante los nueve meses y ahora se han quedado caídas y con el pezón enorme”, explicaba a sus seguidores Violeta, que está buscando un cirujano que le inspire confianza para poner remedio a este asunto “antes de que Gala crezca mucho, pese más y pida más bracito”.
Mangriñán ya explicó a su comunidad, a principios del mes de agosto, que estaba valorando esta opción. “Durante el embarazo se me hinchó muchísimo y después de haber dado a luz, aunque no esté dando el pecho, se me ha caído muchísimo y me lo veo como ‘vacío’ por la parte de arriba”, relataba la exconcursante de ‘Supervivientes’, que cree que el no usar sujetador durante la gestación “ha podido hacer que se caiga más”.
El crecimiento del vello facial, por ejemplo, también ha generado muchísima inseguridad a Violeta tras iniciarse en la maternidad. No le rendía “muchas cuentas” a este asunto hasta que empeoró con el embarazo. “Desde que he sido madre y tal, me han salido algunos pelillos más y ya no tan rubitos, entonces ya no me está dando tan igual”, quería otra alternativa al láser al tratarse de una zona hormonal.
Además, las arañas vasculares, un entramado de vasos capilares dilatados que se contemplan en la superficie de la piel, han invadido su cuerpo. “Tenía alguna antes de quedarme embarazada, pero después se ha puesto muy feo. Tengo en las dos piernas y también en la zona de los tobillos”, se fotografiaba las extremidades y pedía consejo. “Quiero quitármelo cuanto antes, pero no sé dónde”, reconocía que su dermatólogo ya le había recomendado un médico, pero que estaba dispuesta a barajar otras posibilidades: “Si alguien quiere dejarme alguna recomendación buena, será bienvenida, y así tengo más opciones”.