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La familia de Fernando Verdasco no es conocida, más allá de por tratarse de los padres y hermanas del propio tenista, por ser dueños de varios restaurantes que son referencia en la capital. Su cocido es uno de los más demandados y sus locales han sido el punto neurálgico del clan durante años. De hecho, no han sido pocos los Verdasco que, tanto delante como detrás de los fogones, se han encargado en un momento u otro de echar una mano en el negocio.
José Verdasco y Olga Moreno, los padres del tenista, lograron hacer fortuna con algo tan clásico como este plato de cuchara. Nacida en Badajoz, ciudad en la que vivió hasta la mayoría de edad, Olga aterrizaría a la capital para ser azafata de tierra sin saber que su futuro laboral iría por otros derroteros. “Cuando me iba a preparar para serlo de vuelo, conocí a mi marido y me puse a trabajar con él en la oficina del restaurante”, explicaba a El Periódico de Extremadura en 2009.
Fruto de este longevo matrimonio, además de Fernando, llegaron al mundo dos niñas, Sara Verdasco, casada con Juan Carmona, y Ana Verdasco, la benjamina del clan.
La mediana de los Verdasco Carmona es la que más vinculación tiene con los restaurantes del clan. Sara, que ha estado en los últimos años al frente de la comunicación y las redes del negocio familiar, acaba de tomar el relevo de su padre al frente de las empresas, asumiendo la gerencia de La Bola y La Rayúa de Gran Vía.
Precisamente fue en La Rayúa de Majadahonda, buque insignia y ‘cuartel general’ de la familia, el cual cerró a principios de este mismo año tras más de cinco décadas de servicio, el escenario que Sara seleccionó para celebrar uno de los días más importantes de su vida. La cuñada de Ana Boyer festejaba allí su unión con Juan Carmona (hijo de Juan José Carmona, uno de los hermanos más desconocidos de Antonio Carmona), en junio de 2016.
Cuatro años después formarían su propia familia con la llegada de sus dos mellizas, Carmen y Valentina, que cumplirán 3 años el próximo 8 de julio.
Por otro lado, Ana Verdasco, de 24 años, se está abriendo paso en el difícil mundo de la moda como estilista freelance y colaborando con grandes marcas de moda y lujo tras haber estudiado 'Diseño de moda, estilismo y comunicación' en el IED (Istituto Europeo di Desingn).
"Desde muy pequeña he tenido gran afinidad al mundo de la moda, me encantaba vestirme y crear mis estilismos aunque en ese momento hacía cada catástrofe", recordaba en una reciente entrevista para ABC, medio en el que se mostraba tajante con aquellos que piensan que las firmas quieren trabajar con ella por su apellido.
"La gente juzga sin saber, muchas personas piensan que por tener un apellido puedes conseguirlo todo y la verdad que he tenido ayuda pero si por ejemplo una marca me sigue contratando o un personaje, es porque les gusta mi trabajo y me lo he ganado. Si no vales no te siguen llamando, menos en este mundo donde hay tantísima gente que quiere trabajar en él y es tan difícil llegar", apuntaba Ana, que ha trabajado para Shakira, Antonio Carmona e incluso con su hermano Verdasco, a quien echó una mano con su empresa de gorras: "Me pide consejo y le ayudo muchas veces".