Manu Sánchez padece cáncer. Así lo comunicó el propio humorista el pasado martes en ‘La tarde aquí y ahora’, programa de televisión en el que colabora. “Hemos celebrado muchas cosas juntos, hemos vivido, nos hemos reído… vamos a seguir haciéndolo por mucho tiempo, pero ahora toca parar un poquito”, se sentaba en este plató para explicar a la audiencia el motivo por el que se ve forzado a retirarse de la pequeña pantalla durante un tiempo.
"El pasado 19 de abril me diagnosticaron cáncer. Mientras le ponen el apellido, dónde, cómo, de qué manera viene… pues uno se pone en lo peor [...] Tengo un montón de miedo, pero es que tengo un montón de cosas mucho más fuertes que el miedo, que se lo están comiendo con patatas", se mostraba bastante optimista el cómico, que ya ha pasado por quirófano. "Hay metástasis en el ganglio, pero por suerte en este tipo de cáncer es muy curable. Me han hecho una orquiectomía, que al final, para que nos entendamos, es que el huevo malo va para fuera con su tumor".
Pese a que el pronóstico es bueno, según él mismo contó en este espacio, no deja de ser una noticia que preocupa a su círculo más cercano. Es el caso de su pareja, Lorena Sánchez, quien está siendo el pilar de Manu en esta recuperación.
La gaditana de 34 años, que se define como 'mamá fit', animaba a sus seguidores a leer 'Los límites del tumor', el artículo que publicó el cómico de Dos Hermanas en la página de su productora, aprovechando la ocasión para dedicarle unas emotivas apalabras.
"Sin duda, mi suerte eres tú y no te suelto. Más que nunca, ¡somos uno!", hacía saber al padre de sus dos hijos (Manuel y Leonor). Unas bonitas palabras de apoyo que el protagonista, que está recibiendo el tratamiento de quimioterapia en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, ha compartido en su perfil de Instagram con un emoticono en movimiento en el que aparece su 'avatar' con corazones sobre sus ojos.
Los Sánchez están unidos en esta batalla tras ampliar su familia el pasado mes de abril. La bebé es un suspiro de alivio en estos momentos tan convulsos que inevitablemente suscitan la llegada de una enfermedad como esta. Y es que, si ya es difícil de gestionar para el que la sufre, también es un proceso que debe procesar y asimilar aquellos que lo acompañan.