El pasado viernes, a las 8:30 de la noche, diez encapuchados entraron en la casa de Miguel Bosé, en México, cuando el artista y sus hijos estaban en casa. Horas después de que la noticia se hiciese pública, el artista ha querido lanzar un comunicado para contar en primera persona lo que realmente ocurrió, el horror de que "diez sujetos armados" irrumpiesen en su domicilio y les tuviesen atados, a él, a sus dos hijos y al personal de su casa "durante más de dos horas".
El cantante ha contado que se "llevaron todo", coche incluído, y que el asalto estaba "muy estudiado y milimetrado". "Para hacerlo corto, estamos todos bien. Mis hijos se portaron como dos valientes, admirables", ha dicho sobre Diego y Tadeo, de once años, que se encontraban en la planta superior de la casa cuando, alertados por el ruido, decidieron bajar al salón donde se encontraba su padre y fueron atados por el grupo armado que entró en su hogar.
En palabras de Miguel Bosé, fue todo "muy tenso, delicado y desagradable". El artista ha dicho que su versión es "la única" que tiene valor, ya que se están diciendo "cosas que no son ciertas, como habitualmente algunos gustan".
Además, en el comunicado que ha querido hacer público, el artista ha agradecido a sus fans "el apoyo y la preocupación demostrada" y les ha pedido que estén tranquilos porque todos están bien. También ha aprovechado para agradecer a los vecinos de su urbanización que fueron los primeros en llegar.
"Y a los que tanto especulan con que tras lo ocurrido voy a abandonar México, siento mucho decepcionarles. Aquí estoy y aquí me quedaré para hacer frente a lo que sea, en el país más hospitalario del planeta", ha terminado diciendo, negando así los rumores de una posible marcha del país tras lo ocurrido.
En las últimas horas se ha hablado mucho de la seguridad que el artista tiene en la zona en la que vive. Muchos no entienden que diez personas armadas fuesen capaz de entrar en su hogar, que se encuentra en el complejo residencial Rancho San Francisco, uno de los más exclusivos de la Ciudad de México.
El artista vive en México desde hace once años y su urbanización cuenta con acceso restringido. Tatno es así que toman las huellas dactilares de los visitantes. Concretamente, el complejo se encuentra en San Bartolo Ameyalco, uno de los pueblos más antiguos de la CDMX, y que conecta a escasos minutos con Santa Fe. Los precios de las casas, para venta o alquiler, van desde los 11 hasta los 60 millones de pesos, un precio que solo pueden hacer frente personas ricas del país.