El desconocido pasado de Carolina Molas, madre de Íñigo Onieva: perdió a un hijo y tuvo que huir de ETA

El revuelo mediático que provocó la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva llevaron a Carolina Molas, madre del empresario, a tomar una drástica decisión. El pasado mes de marzo, la también empresaria emitió un comunicado en el que expresaba su deseo de seguir siendo una persona anónima a pesar de la relevancia mediática que ganó su hijo a raíz de su relación con la marquesa de Griñón, algo que había afectado de manera directa a su familia.

En el escrito que envió entonces a los medios de comunicación, la madre de Íñigo denunció "la persecuión y hostigamiento" que sufrió en los últimos meses, especialmente provocado por la sonadísima infidelidad de Onieva a Tamara Falcó. Carolina Molas mantenía que era "y siempre ha sido una persona privada, absolutamente celosa de su intimidad". Y por todo ello pedía a la prensa que "se abstenga de publicar y/o difundir informaciones y/o imágenes" sobre ella y su entorno.

Sin embargo, esto parece haber cambiado. Carolina Molas ha roto su silencio para conceder una entrevista a la revista 'Forbes Woman' en la que, aunque no menciona a su hijo ni a Tamara Falcó, habla de su durísimo pasado y de su vida actual como CEO de la empresa familiar que creó su padre.

Carolina Molas y su familia son exiliados de ETA

La empresaria ha recordado que son "exiliados de ETA". Sus padres, su hermano y ella tuvieron que "salir huyendo una madrugada" sin coger sus cosas y nunca más pudieron volver a su casa. "Fue muy traumático. Yo tenía 15 años, muy mala edad. Mi padre llevaba muchísimos años amenazado y estuvieron a punto de atentar contra él muchas veces", ha recordado la madre de Íñigo Onieva. Vivían en Neguri, en Vizcaya, y a su alrededor había "secuestros sin parar". "Amenazaron a los primogénitos de las familias, como es mi caso, y eso empeoró mucho las cosas", ha explicado al medio citado anteriormente.

"Nos fuimos un día a las cinco de la mañana, cada uno en un coche, con el perro, las tortugas, nevando… Ya en Madrid estuvimos viviendo en hoteles", ha recordado la empresaria. Cuando por fin se instalaron en una casa en Madrid, tuvieron que seguir mudándose porque les iban descubriendo. "Fue horrible. Tardamos años en vivir tranquilos. Cuando nos instalamos aquí mi padre montó Cemevisa Madrid", dice sobre la empresaria de la que ella es CEO a día de hoy.

Carolina Molas afrontó la muerte de su hijo de siete años

Nunca pensó que acabaría trabajando en la empresa de su padre. La madre de Íñigo Onieva estudió diseño de moda e industrial, se considera una persona creativa y el trabajo de su padre no le llamaba mucho la atención. "Pero fui madre muy joven y me puse a trabajar con él", recuerda.

Tenía tan solo 20 años cuando nació su primer hijo y a los 25 ya era madre de cuatro. Uno de ellos falleció, algo que desconocíamos hasta el momento. "Falleció de meningitis a los 7 años. Lo tenemos aceptado, aunque costó", ha revelado la empresaria en su primera entrevista.