No están siendo días fáciles para Violeta Mangriñán y su familia. Hace unos días, la influencer contó a sus 2,3 millones de seguidores en Instagram que su chico, Fabio Colloricchio y su hija Gala se habían puesto enfermos. Poco después se convertía ella en la siguiente en caer. Tras haber pasado "la peor noche" de su vida, la valenciana acabó siendo ingresada en el hospital con 39,2 de fiebre y un positivo en gripe A, todo ello en pleno embarazo de Gia, su segunda hija, que está siendo muy diferente al primero. Aunque ya de vuelta en casa, la situación no parece aliviarse: Violeta ha sumado otra enfermedad a su ya delicado momento de salud.
En las últimas horas, Mangriñán ha confirmado que todavía se sigue bastante mal. La pasada noche volvió a tener fiebre y, muy especialmente, dolor en el pecho al toser y al respirar, algo que no parece remitir. "Me duele la vida", ha explicado. Pero es que, además, la extronista ha añadido otro problema de salud a su diagnóstico "para completar el kit". Como también ha explicado en sus stories de Instagram, se le ha desarrollado una otitis aguda, como ha podido confirmar un médico que ha acudido a su casa de Madrid para verla presencialmente.
"No oigo nada con el oído derecho, la infección ha bajado a la garganta y está en carne viva", ha asegurado la valenciana, que tendrá que estar en observación para vigilar que la sobre infección no le llegue al pulmón. A partir de ahora, Violeta seguirá un tratamiento de antibiótico para el oído, y de paracetamol y antivírico para la gripe. "Vaya semanita chicos, esto es una pesadilla", ha confirmado la instagrammer.
Porque lo cierto es que los difíciles días que ha experimentado tanto la influencer como Fabio y Gala (que no ha estado grave, afortunadamente) han supuesto un importante contratiempo profesional para ella, que tenía por delante varios rodajes y eventos y hasta un viaje esta semana. Por eso Mangriñán ha querido hacer un alegato reivindicando la importancia de tener salud. "Lo es todo y sin ella no somos nada", ha resumido.
Consciente de que sus recientes problemas son algo "insignificante" sí le han servido para darse cuenta de lo importante que es, y la poca atención que se le presta. "Solo nos lo grabamos a fuego cuando estamos malos", ha reconocido. Su situación actual le ha servido para admitir, además, que no sabe estar enferma. "Ni quiero saber, no lo soporto", ha indicado tras su ingreso hospitalario y dos días encerrada en casa.