Fue en febrero de 2022 cuando Lucía Rivera decidió hablar abiertamente de sus problemas de salud mental. La hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera escribió entonces un artículo para el diario La Vanguardia en el que ponía sobre la mesa los episodios de ansiedad, esa "compañera" vital que llevaba sufriendo desde hacía años, a la que se había terminado acostumbrando. Reivindicaba entonces la necesidad de poner el foco sobre este tipo de problemas, especialmente entre la gente de su generación. Desde aquella, ha seguido dándole visibilidad a su situación, y recientemente ha mostrado el fuerte impacto que llegar a tener la ansiedad en su cuerpo.
La joven siempre ha sido sincera respecto de los capítulos más complicados de su vida. El año pasado exorcizaba algunos de ellos con la publicación de sus memorias, 'Nada es lo que parece'. En dicha obra, se abría en canal sobre distintos temas: entre ellos, el maltrato sufrido por dos de sus exparejas o el verdadero vínculo con su entorno más íntimo, incluyendo palabras para su desconocido padre biológico. Más allá del libro, la actitud de la influencer se ha mantenido firme, y hace apenas unas semanas hablaba como nunca de su experiencia con un trastorno dismórfico corporal y la anorexia, profundizando en sus problemas con la alimentación.
La influencer se ha vuelto a abrir hace solo unas horas. Lo ha hecho en su cuenta de Instagram, donde comparte con sus más de ciento setenta mil seguidores cuáles son sus proyectos profesionales y cómo es su día a día en lo personal. Lucía ha publicado una reveladora imagen de su espalda en sus stories. En ella se aprecian diversas marcas rojas a lo largo de la zona, de distinta intensidad. Y la propia Rivera ha explicado de qué se trata: son arañazos que ella misma se genera sin darse cuenta de ello.
Lucía ha escrito, junto a la imagen, un pequeño texto en el que da cuenta de qué es lo que le está sucediendo, admitiendo no poder mantener a raya estos episodios de ansiedad como le gustaría. "Hoy le decía a un amigo que cuando pienso que controlo mi ansiedad siempre sale por otro lado", ha comenzado su relato la hija de la actriz y el torero. Rivera ha explicado que últimamente le ha "dado por rascarse por las noches", sin llegar a enterarse de que lo hace. "Y armarme estas burradas en el cuerpo", ha reconocido sobre las evidentes marcas en la espalda, que no obstante ha apuntado son más perceptibles en persona. "La verdad es que en las fotos no se valora ni la mitad", ha añadido.
Lo cierto es que la también modelo ha tenido días complicados, "y así ha reaccionado mi cabeza". Lucía, que ha cerrado su mensaje mandando un abrazo a todos aquellos que, como ella, viven con este trastorno, ha querido ser muy sincera con respecto a cómo maneja estos episodios: "Es cansado y desespera a veces", ha admitido.