El comienzo de septiembre no ha podido ser más diferente para la influencer Ana Moya. La joven, que se casaba a finales del pasado mes de junio con Diego Conde, ha cambiado radicalmente su vida en los últimos quince días. Tras su paso por el altar, su ya marido fichaba por el Villarreal, por lo que la joven decidía seguir el sueño de su compañero de vida y mudarse a la costa valenciana. "Como muchos sabéis, Diego ha fichado por el Villarreal. La noticia costó muchísimo asimilarla, muchas lágrimas, miedos, cambios… No fueron días fáciles ya que la vida de nuestra familia daría un giro muy grande. Desde que me volví a España a vivir en 2015 no me había movido de Madrid, mis mismos amigos, mismo cole de Mateo, mi trabajo, mi casa comprada hace unos años…", comenzó diciendo.
Una vez aterrizada en su nueva ciudad, la creadora de contenidos desvelaba a sus seguidores que ya había encontrado colegio para su hijo Mateo, de 7 años, fruto de su relación con el modelo Álex Sanchez. "Cuantos miedos estos meses, cuantas lágrimas solté cuando supimos que nos mudábamos de ciudad, cambio de cole, de amiguitos, de mi rutina, de todo… Al final es empezar de cero con todo lo que ello conlleva… Hoy me quedo con la cara de felicidad de Mateo Hacerlo feliz a él es mi mayor propósito en la vida y desde que nos mudamos no puede serlo más", escribió en su cuenta personal.
Precisamente, días después de su llegada a Valencia, la influencer ha compartido una sincera reflexión en sus historia temporales de Instagram sobre la educación escolar de los menores. ¡Te contamos todos los detalles!
"No puedo estar más en desacuerdo desde siempre con el tema de los deberes", ha comenzado diciendo la influencer, que ha explicado que "un niño pasa de 9 a 17 de la tarde en un colegio dedicándose única y exclusivamente a formarse, a estudiar, a ejercitar todo tipo de capacidades". Además, ha comentado que "no entenderá jamás cuando salen del cole y más con edades tempranas", "como la de su hijo mas pequeños" y que "tengan que seguir haciendo cosas del colegio": "Lo normal es que niño termine su jornada escolar y pueda jugar con sus padres, sus amigos, hacer lo que le apetezca, en definitiva".
Además, ha comparado los horarios laborales de los adultos con los de los menores: "Cuando un trabajador sale de su jornada de trabajo, no sigue trabajando, pero, ¿por qué los niños tienen que seguir? En mi caso particular, tengo un hijo muy estudioso, responsable y el cual saca buenísimas notas, pero os aseguro que no es por hacer deberes o no".
Finalmente, la creadora de contenidos ha comentado que, bajo su experiencia, debería dejar "a los niños disfrutar de su infancia, de sus fines de semana, de sus tardes... Si yo ejerciese a día de hoy (nunca llegué a hacerlo más que en las prácticas, jamás se me ocurriría privarles de su tiempo de calidad y diversión".