Un día después de la muerte de Julián Muñoz, Telecinco ha emitido una entrevista póstuma con el exalcalde de Marbella y ha desvelado el contenido de unas memorias de 600 páginas que escribió durante el tiempo que pasó en prisión. Jesús Gil, la trama corrupta que saqueó el Ayuntamiento y, por supuesto, Isabel Pantoja, con quien ha revelado que se planteó ser padre... Julián ha querido contar su verdad como nunca antes lo había hecho y destapar todos los detalles de lo ocurrido en aquellos años en los que se colocó en el punto de mira de la prensa rosa y de la justicia.
Han pasado más de dos décadas desde que Julián Muñoz se convirtiera en alcalde de Marbella y comenzara su ascenso político. Un ascenso que coincidió con su etapa más agitada a nivel personal. Con su llegada a la alcaldía, Isabel Pantoja entró en su vida después de que durante años (los que fue concejal de festejos) hubiera intentado contratarla para cantar en la ciudad. "Yo quería todos los años contratarla para cantar en Marbella. Siempre me ha parecido muy sensual, pero costaba ocho millones. Y así año tras año".
Decidido a conseguir su propósito y ya con el bastón de mando de la ciudad, Muñoz se puso más insistente que nunca. "Empecé a llamarla una o dos veces y luego ya todos los días. Una cosa llevó a otra y ya era una cosa amorosa como si fuéramos los enamorados de Teruel. Once horas por teléfono. Supongo que hablábamos de amor, pero de dinero también se hablaba", cuenta en sus memorias el exalcalde.
Julián empezó a obsesionarse con Isabel Pantoja y, a pesar de que en aquel momento aún estaba casado con Maite Zaldívar, decidió ir un paso más allá. "Un día le dije a mi chófer que fuéramos al Tívoli. Ella echó a todo el mundo y nos quedamos solos. Y ahí fue donde hubo el achuchón. Un buen meneo. Ella estaba con ganas, como una tigresa", ha contado a la vez que ha asegurado que en un principio no sentía ningún tipo de atracción por ella. "A mí la Pantoja no me gustaba ni físicamente ni cantando. Luego me entró la copla por el corazón".
Ya no había marcha atrás y la pareja siguió teniendo encuentros furtivos. "En la Candelaria me fui a su habitación, en marzo de 2003.. Maite se olía la tostada... sabíamos a lo que íbamos. Fue un encuentro tierno, dulce, maravilloso, recreándonos el uno en el otro, sin tiempo, con una gran carga sentimental y erótica, sin prisas. Nos teníamos ganas, había atracción física, estuve toda la noche, me retiré por la mañana y en el desayuno nos encontramos con una sonrisa de oreja a oreja. Hasta ese momento estaba enamorado... desde entonces estaba completamente encoñado y la buscaba como un adolescente con la testosterona por la nubes. Era una obsesión, como a los 20 años. Se me fue la olla y fue mi perdición. Isabel es muy sensual y muy fogosa".
Pese a toda la presión a la que estaban sometidos y a todos los rumores que surgieron, su relación fue consolidándose. "El primer años estábamos locos", ha explicado en sus memorias. La pareja era plenamente feliz y eso les llevó a plantearse la posibilidad de ser padres. "En un momento determinado puedes decir... 'Oye, ¿por qué no te quedas preñada?' Isabel Pantoja se hizo una prueba para poder ser madre. Así que hubo un momento en el que hubo intención de sí. Las pruebas se hicieron en la Teknon de Barcelona".
Sin embargo, poco después de poner esa posibilidad sobre la mesa, su historia de amor dio un giro. Comenzaron entonces los rumores de una posible infidelidad del exalcalde con Dulce (la niñera de Isa Pantoja) y la pareja desechó esa opción. "Después, cuando surge el tema de que yo la engañaba eso se fue enfriando. Se enfrió y nunca más se habló", cuenta en sus memorias. Una versión a la que Pepi Valladares, que ha estado en el plató de 'De viernes', ha añadido otro dato. "También tenía una edad y era todo muy complicado", ha dicho la que fuera trabajadora de Pantoja, que ha asegurado también que todas esas pruebas las pagó la tonadillera.
A partir de ese momento comenzó el declive de la pareja. "Con el tiempo creo que ella pensó 'es que esto no es la vida que tú me prometiste. Es que yo me quería retirar y tranquila contigo... no tengo que estar dando conciertos y paseándome por ahí'. Era una actitud muy egoísta y muy interesada y por ahí empezó a irse el amor", relata el exalcalde en sus memorias. "Ella no quería trabajar. De hecho, a raíz de conocerme a mí dejó de trabajar. Pero cuando llegó el momento que no se podía mantener aquello, pues hubo que ponerse a trabajar", explica el exalcalde, que ha asegurado que Isabel Pantoja le arruinó. "Se quedó con el dinero, con todo mi dinero, no tenía nada cuando salí de la cárcel, ya se había pulido todo. Incluso 'La Pera', yo no me he llevado ni una peseta de ahí, ni un solo mueble, ni el estudio de grabación, solo mi ropa"