Adriana Abenia, muy indignada, ha utilizado sus redes sociales para denunciar públicamente que una empresa está utilizando su imagen sin su permiso con fines promocionales. En su caso ha sido un centro comercial en su tierra natal, Zaragoza, quien ha robado una foto de su cuenta de Instagram como reclamo. Pero el asunto se ha recrudecido más cuando se ha percatado de que, antes de su utilización, han censurado una parte de su cuerpo. Consciente de la ilegalidad de esta acción y ofendida con el hecho de que hayan modificado su pecho para que no se notaran sus pezones como sucedía en la foto original, la presentadora de televisión ha exigido que se acabe con esto.
"Un centro comercial pone mi foto sin mi permiso en sus redes, pero antes la retocan y me amputan los pezones, no vaya a ser que alguien se sienta ofendido con el cuerpo y fisionomía de una mujer. ALUCINANTE", compartía esta desagradable vivencia con sus seguidores, colgando ambas fotografías como prueba de lo que estaba exponiendo. La revista Semana se ha puesto en contacto con ella para saber si ha decidido tomar acciones legales, aclarando que "lo ha puesto en manos de su agencia", ya que no va a consentir que vulneren su derecho a la intimidad. "Me empezó a escribir la gente para avisarme. Han debido borrar la foto esta mañana", explicaba a dicha cabecera cómo se había enterado.
La instantánea desaparecía del tablón de Instagram del centro comercial horas después de que Adriana contara los sucedido, tras darse cuenta de que su publicidad había ofendido a la propia protagonista, pero sin llegar a pedir perdón ni pronunciarse sobre lo sucedido. La empresa, probablemente, está a la espera de que pase la tormenta sin consecuencias y se traduzca todo a una desafortunada anécdota de la que tienen que tomar nota.
Carlota Corredera y Tania Llasera, al igual que Abenia, han sufrido en sus propias carnes los bulos y estafas de internet. Sus nombres eran utilizados sin su consentimiento para promocionar sumplementos asociados a dietas 'milagro'. No solo utilizaban su imagen para ello, también se inventaban declaraciones para animar a la gente a comprar sus productos.
"Esta foto es de 2012 y nada de la entrevista que acompaña esta foto es verdad. Es todo MENTIRA. Por favor, no compréis productos milagros de adelgazamiento que acompañan a una entrevista ficticia, machista y retrógrada que redactó alguien que no sabe ni quiénes somos", compartía Llasera una captura de esta estafa.