Ana de Armas se ha convertido en toda una estrella de Hollywood al otro lado del charco. Fue en 2014, cuando la actriz hispano-cubana decidió dejar el país que le había acogido hacía ocho años, España, para trasladarse hasta Los Ángeles, la meca del cine. Así, trabajando duro, consiguió varias nominaciones a los Globos de Oro, además de protagonizar una de las sagas más conocidas de la televisión, 007. Ahora que todos los focos están sobre ella tras confirmarse su relación con el actor Ben Affleck, hemos podido comprobar que muy lejos queda la Ana que conocimos en sus inicios televisivos y así lo evidencian los distintos cambios de look por los que ha pasado en los últimos años.
Ana de Armas nació el 30 de abril de 1988 en Santa Cruz del Norte (Cuba). Sus abuelos maternos eran españoles, más concretamente de Palencia y León. Por eso, siempre tuvo un vínculo muy especial con la tierra de sus antepasados. Su primer papel en una producción española fue en Una rosa en Francia, rodada en su Cuba natal y la protagonizó junto a Álex González. Más tarde, actuaría en otras películas como Madrigal y en la telenovela El edén perdido. Por aquella época, podíamos ver a una Ana de Armas muy joven; tenía tan solo 16 años. Y esa inocencia se mostraba en su rostro y en su característico flequillo.
Al cumplir la mayoría de edad realizó todos los trámites pertinentes para obtener el pasaporte español. Cuando se trasladó a Madrid, Ana audicionó para una nueva serie: El Internado. En ella interpretó el papel de Carolina, la líder del grupo. Fue su gran debut en televisión. La actriz participó durante toda la serie, excepto en la séptima y en la última temporada. Además, compartió reparto con grandes actores como Yon González, Martiño Rivas, Elena Furiase y Blanca Suárez. Y lo cierto es que esta fue la serie que le catapultó a la fama en nuestro país. Durante dicha producción pudimos ver a una Ana con distintos cambios de look: desde flequillo hasta con frente despejada, pero con un denominador común, una larga y morena melena.
Con el paso del tiempo se siguió aficionando al flequillo, aunque eso sí, decidió darle un toque más casual abriéndolo. Así la pudimos ver en varios photocalls y junto a sus compañeros de reparto. Después de triunfar en la pequeña pantalla, Ana protagonizó distintas portadas de revistas como FHM y Vanidad. Además, en 2009 estrenó la película Mentiras y gordas, que consiguió ser una de las más taquilleras. Para la producción siguió con su larga melena y su característico flequillo, aunque esta vez totalmente recto.
En el 2013 comenzó a rodar en Madrid la película Por un puñado de besos, junto a su excompañero de escena, Martiño Rivas. En esta producción es donde pudimos ver a una Ana más cambiada que nunca: se hizo la raya a un lado, se cortó el pelo y se lo tiñó de rosa. Un cambio de look que resaltaba, aún más, sus ojos verdes. Al año siguiente, la actriz se decantó por el pelo corto y por una melena totalmente rubia. Además, por aquella época comenzó a salir con el actor David Victori, al que conoció en Hollywood. Su traslado a la meca del cine no fue un paso fácil de dar, pero Ana sabía que iba a ser lo mejor para su carrera artística. Allí iba a encontrar las posibilidades que en nuestro país no le habían dado.
En 2014 comenzó a rodar Knock Knock, de Eli Roth, junto a la actriz chilena Lorenza Izzo y el actor Keanu Reeves. A esta le siguieron otras películas estadounidenses como Manos de piedra, junto a Robert de Niro; Exposed, junto a Keanu Reeves y Overdrive, con Scott Eastwood. Así, Ana dejó crecer su pelo y lucía una bonita melena, con ondas naturales y puntos de luz con reflejos rubios. En 2017 consigue uno de los papeles más importantes de su carrera: interpreta a Joi en Blade Runner 2049, junto a Harrison Ford, Ryan Gosling y Jared Leto. Por exigencias del guion, la joven vuelve a su característico flequillo y a un pelo de tonos oscuros.
En 2019 le llega una de las oportunidades de su vida: forma parte del elenco de la nueva película de la saga de James Bond, cuyo título es No time to Die. En ella, Ana deja de lado, de nuevo, su flequillo y, además, corta por lo sano y la podemos ver con una melena por encima de los hombros. Como en sus comienzos. La actriz todavía tiene pendiente estrenar Blonde, donde da vida a Marilyn Monroe. Eso sí, y pareciéndose inspirar en ella, no es la primera vez que Ana elige darse unos toques rubios en su pelo, como así lo pudimos comprobar en Cannes 2016. Aunque eso sí, para su nominación en los Globos de Oro se decantó por una melena más corta y oscura.