Comenzó a estudiar turismo sabiendo que no era su verdadera vocación, pero en los últimos cinco años se ha convertido en una de las pioneras en crear una profesión de las redes sociales. Al principio era un hobby, pero su relación con Pablo, su embarazo, la esclerosis múltiple que le han diagnosticado o sus looks diarios son solo algunos de los temas personales con las que ha conseguido enganchar a una comunidad de más de un millón y medio de personas que la respaldan. María Pombo se ha convertido en una de las 100 mejores influencer del año, según la revista Forbes, y es a este medio a quien le concede una entrevista donde desvela el emporio que ha alcanzado en este tiempo.
La “falta de motivación por trabajar en nada en particular” fue el motivo por el que creó su primera empresa en 2015. Junto a Marta y Luis, el marido de su hermana mediana, la influencer formó su primera forma de ropa, que se apoyaba en la publicidad que ella misma daba con los treinta mil seguidores que tenía en aquel momento. “Lo de emprender es algo que lo he visto siempre en mi familia, desde que éramos muy pequeñas, así que cuando tenía diecinueve años creamos Tipi Tent con diseños propios. Unos años más tarde entró también como socio mi marido, Pablo Castellano”, cuenta en esta entrevista.
Esta primera marca de ropa se ha mantenido únicamente de las compras que sus fans hacen a través de internet pero, tras recibir muchas peticiones, los cuatro socios de la empresa decidieron poner un punto de venta en la propia oficina. “Con Tipi Tent los meses del estado de alarma han sido los meses en los que más hemos vendido, históricamente”, desvela.
Cuatro años después de comenzar su camino como empresaria, la pequeña de las Pombo organizó un festival de reguetón bajo el nombre ‘Suave Fest’. Fue el invernadero de la plaza de toros de Las Ventas el lugar escogido para acoger a las dos mil quinientas personas que compraron las entradas en menos de 24 horas. Su éxito les hizo pensar en una segunda fecha, pero la pandemia del coronavirus obligó a cancelar.
“Tenemos muchas ganas de recuperarlo y lo tenemos previsto para junio del 2021, aunque no vaya a ser en la nieve. Nos parecía muy precipitado hacerlo esta Navidad o en los primeros meses de 2021, porque no podemos saber qué va a pasar. Ahora podemos trabajarlo más, incluso, y hacer, con más tiempo, un Suave Fest más grande”, asegura.
Noviembre de 2019 fue la fecha en la que hizo público este nuevo proyecto. Es una firma “que la define” y que se centra en una venta exclusivamente online. La influencer utiliza su propio perfil para anunciar los modelos que van a salir y, tanto ella como su círculo cercano visten habitualmente con los diseños de la colección. “Yo me encargo de la comunicación y de la estrategia. Tengo una comunidad muy grande y me ayuda mucho que mis seguidores estén ahí y se fíen de mí al cien por cien”, añade.
La respaldan más de un millón y medio de seguidores y es la pieza que sostiene el resto de sus proyectos. Comenzó publicando fotos como un hobby, pero el lado influencer de María Pombo es el proyecto más grande que ha creado. Detrás de ella trabaja el equipo de Soy Olivia, su agencia de representación. “Hay mucha gente detrás. Desde un representante, la persona que lleva mi agenda para que no se nos olvide nada, hasta un asesor fiscal que haga que todo el trabajo este en regla y bajo la ley”, explica, añadiendo que “María Pombo no sería lo que es si no tuviera el equipo que tengo”. Aunque su equipo sea una de las piezas fundamentales para su trabajo, es ella misma quien marca las propias reglas: “Nadie más me dice lo que sí y lo que no y qué es lo que tengo que hacer”.