“Hoy nos visita una cantaora que con tan solo 24 años mezcla tradición y modernidad, consiguiendo que todo el mundo hable de ella y de ‘Los Ángeles’, su disco”. Así presentaba Raquel Sánchez Silva a Rosalía en Likes, programa que capitaneaba en Movistar Plus, en noviembre de 2017, “cuando se podía”, justo antes de que se convirtiera en la superestrella que es hoy en día.
Ahora, con motivo del estreno de Motomami, su tercer álbum de estudio, la presentadora ha rememorado en el podcast Cuerpos especiales cómo fue su reencuentro con ella tiempo después de esta entrevista, cuando ya se había convertido en un fenómeno de masas. “Rosalía es estupenda y es una artista como la copa de un pino. Y lo de estupenda lo voy a confirmar”, decidía compartir una anécdota que vivió con sus hijos en Argentina, lugar de nacimiento de su pareja, para defender su visión sobre ella.
“Yo me la he encontrado en el aeropuerto de Buenos Aires, en el momento de la superexplosión de Rosalía, ese momento en el que nadie se podía acercar a ella”, explicaba en esta charla con Iggy Rubín y Eva Soriano. “Al bajar del avión, estaba por allí recogiendo maletas su equipo, y yo me acerqué un poco a ver si se acordaba, imagínate la cantidad de gente que la perseguía en ese momento”, no esperaba que la artista tuviese en su memoria su paso por este espacio.
“Le dije: ‘Hola, Rosalía’. Y levantó la cara y dijo: ‘Ay, Raquel’. Y yo pensé: ‘¡Me ha reconocido!”, no podía ocultar su sorpresa ante la reacción de Rosalía, que recordaba cada detalle de ese día: “Me senté a su lado y estuvimos hablando de la entrevista, se acordaba de cada pregunta, de que no me podía contar en ese momento que ya tenía temas del disco, se acordaba de todo”.
No solo sacó tiempo para dialogar con la periodista de aquel día, también estuvo pendiente de sus mellizos, que no podían ocultar su entusiasmo. “Estuvo hablando con mis hijos, mi hijo la miraba y decía: ‘mamá, la de la moto, la de la moto’”, no podía reprimir su risa al reproducir sus palabras Raquel, que para cerrar su historia confesaba que sentía cierto temor al no saber cómo iba a reaccionar el pequeño: “Yo pensaba, cómo ahora el niño haga ‘tra, tra’, me muero de la vergüenza”.