Escribir Cuando el corazón llora, su último libro, ha sido un ejercicio de auténtica liberación para Tamara Gorro. La influencer lleva dos años en terapia, recuperándose de la depresión y el trastorno de ansiedad que la diagnosticaron, sumándose a esta delicada situación su inesperada separación con el padre de sus dos hijos, Ezequiel Garay. Sin lugar a duda, están siendo los meses más duros de su vida y, para poder abrirse en canal en estas páginas, la empresaria ha tenido que viajar a su infancia y rememorar “experiencias que no debería haber tenido”.
“Me habría gustado no escribir este libro, pero me encanta sentirme como me siento hoy”, aseguraba una emocionada Tamara durante la presentación. Un momento muy especial para ella que contó con la presencia de dos grandes amigas, Tania Llasera e India Martínez, que arroparon a la influencer en un acto en el que tuvo que hablar de algunas íntimas experiencias que recoge en su obra más personal y que han influido en sus actitudes actuales como, por ejemplo, los abusos sexuales que sufrió cuando era tan solo una niña.
Después del acto y con las emociones aún a flor de piel, Tania compartía unas palabras en redes acerca de lo que había sentido en este día. “Hoy he podido ayudar a mi amiga. Ella no está en su mejor momento, más bien está pasando por el peor. Detrás de nuestras caras felices en redes hay una procesión como la de cualquier ser humano. Y es importante no disfrazar los sentimientos, transitar incluso los menos instagrameables… ha sido un auténtico placer”, agradecía la invitación a su compañera, con quien se abrazaba, rota de dolor, en pleno evento.
”Gracias por ser tan vulnerable y tan de verdad amiga. Te queremos. Y, ante todo: NO estás sola”, le hacía saber Tania, que acto seguido compartía en sus historias la misma imagen con una reflexión sobre la realidad actual de su compañera. “La gente piensa que llorar es petar. No. Se peta cuando guardas tus sentimientos dentro de ti. Y entonces te rompes a lo grande. Nombre, normaliza y navega tus sentimientos, todos ellos”, aconsejaba a sus seguidores no reprimir sus emociones.
El propósito de la presentadora con estas palabras es concienciar a aquellos que la leen que “es más sano sentir que embotellar”, por eso ha querido subrayar y recordar a todos los usuarios que, “por muy guapas y felices que sea la gente en Instagram”, se debe tener mucho cuidado con lo que se dice y los juicios que se emiten en las redes sociales, ya que también son “humanas” y pueden producir mucho dolor con sus comentarios.