No dejamos de insistir en lo importante que es cuidar a diario nuestra piel con los productos adecuados que cubran sus necesidades de manera específica. Sin embargo, desde hace tiempo cobra fuerza una tendencia beauty que apuesta por el ayuno cosmético o skin fasting. No se trata de abandonar los cuidados faciales, lo sentimos, por mucha pereza que te dé limpiarte la cara a conciencia antes de dormir. Pero no se aleja del todo se esta idea, con la intención de mejorar el estado de la piel, haciéndola capaz de mostrar sus posibilidades de autocuidado. Te lo contamos.
Es un método para cuidar la piel que, paradójicamente, consiste en eliminar al máximo el número de productos que le aplicamos. Si atendemos a todas las recomendaciones para lucir una piel impecable, hay una larga lista de productos que debemos aplicar cada mañana y noche, empezando por la doble limpieza facial, siguiendo por los sérums, la crema hidratante y el protector solar.
También podemos incluir un contorno de ojos, ampollas de tratamiento, exfoliantes, mascarillas… La enumeración es extensa para nuestra piel. El skin fasting propone darle un descanso para que se restablezca y recupere por sí misma sus funciones, y para eso hay que dejar de usar todo el arsenal de cremas fluidos que tenemos en el neceser. Ahora bien, si quieres sumarte a este ayuno cosmético, hay cosas que debes tener en cuenta.
Pasar de la noche a la mañana de sobrecargar la piel a dejar de tratarla por completo puede que no sea buena idea. Para que el cambio no sea brusco y pueda adaptarse al ayuno, puedes empezar por reducir al máximo los cuidados. Una buena fórmula sería combinar limpiador, hidratante y protector solar. De hecho, el protector solar debería salir del listado de productos a eliminar, porque no es un tratamiento para la piel, sino una barrera de protección muy necesaria.
Elegir un buen momento para hacerlo también es importante. Por ejemplo, no es buena idea dejar los productos de tratamiento después del verano, ya que inevitablemente la piel habrá estado expuesta al sol más de lo debido y necesita hidratarse en profundidad. En general, las épocas de vacaciones o excesos (como la Navidad) no son buenas para el skin fasting, porque la piel acusa los cambios de rutina y no es necesario añadirle trabajo extra.
Si tienes problemas en la piel, como acné o dermatitis, seguramente utilizas productos específicos para tratarla y puede que comenzar el skin fasting no sea una buena idea. Si quieres hacerlo, es importante que antes lo consultes con tu dermatólogo.
La respuesta a esta pregunta la vas a encontrar en tu piel. Normalmente se tardan unos 4 días en empezar a notar los efectos y ver cómo se resetea. Una vez que esto ocurre, nadie mejor que tú para ver cómo va reaccionando día a día. El skin fasting puede ayudarte a escuchar las necesidades de tu piel, y que a la hora de volver a introducir productos en tu rutina de belleza, lo hagas de manera escalonada según vayas notando que de verdad te hacen falta. Hay quien regresa feliz a su lista infinita de productos y hay quien descubre que no necesitaba tanto para cuidar de su piel. Tu piel es la única que tiene la respuesta y de ti depende que la sepas escuchar.