Pepón Nieto ha hablado con los medios del notable cambio físico que ha experimentado gracias a Pronokal. “Me hice analíticas y estaba descompensado de todo. Como vengo siendo gordo desde los 80, he probado mil y unas recetas de dietas y mil y unas fórmulas para intentar bajar de peso”, recordaba cómo llegó a este método tras años intentando encontrar la fórmula perfecta.
El actor, que se autodefine como “un gordo perpetuo”, nunca ha tenido complejo por su peso, pero, a partir de cierto momento de su vida, con la edad, se dio cuenta de la importancia de cuidar su salud. Y empezó a hacerlo con la ayuda del doctor Villamor, que le ha acompañado en este proceso. “Llegué a pesar 112 kilos y ahora estoy en 80. Perdí 32 kilos”, compartía orgulloso, reiterando que no ha sido “nada fácil” llegar a este punto.
Un estilo de vida mucho más saludable que no le impide disfrutar de los placeres de la vida. “No he renunciado a un vinito de vez en cuando, pero para mí ahora el plan ideal es que vengan los amigos a casa y estemos allí tranquilos” desvela el actor, que ha combinado esta dieta con ejercicio.
Su físico, según ha comentado en esta cabecera, ha condicionado gran parte de su vida. De hecho, de ahí procede su apodo. “Me lo puso un amigo, a mí siempre me llamaban Pepe, José Antonio lo oía sólo cuando me regañaban. Era muy delgado, con la cabeza grande, eso sí, pero muy delgado. Parecía un chupachup y de repente tuve un desarrollo muy malo. Empecé a engordar con 13 o 14 años y los que me llamaban Pepe empezaron a llamarme Pepón”, asegura que a la única que le molestó esta variación fue a su madre, que ahora se ha acostumbrado y lo llama así.
A pesar de haber marcado inevitablemente su vida, Pepón no cree que su físico haya sido un problema a la hora de conseguir un papel: “Nunca voy a hacer los personajes que haga Eduardo Noriega, pero Eduardo Noriega tampoco hará los míos”, afirma el actor, que está convencido de que nunca le han denegado un personaje “por estar demasiado gordo”, algo que no se da en el caso de sus compañeras del gremio: “A las mujeres la sociedad les exige más en ese sentido. Son mucho más esclavas del físico que los hombres”.