Desde el día en el que anunciase su compromiso con el rey Felipe VI, que por aquel entonces era todavía príncipe, allá por el 2003, la reina Letizia se ha convertido en un personaje que tanto a nivel de moda como en el ámbito ‘beauty’ tiene un enorme poder de prescripción. Ya no solo en nuestras fronteras, pues también a nivel internacional sus looks son analizados con lupa, y precisamente por ello, planifica estratégicamente sus elecciones en cada una de sus apariciones públicas y actos oficiales gracias al equipo de profesionales que le asesoran, encabezado por su estilista Eva Fernández.
Igual que sucede con las prendas de su armario, su maquillaje y peinado han ido evolucionando con el paso de los años. Doña Letizia siempre ha recurrido a maquillajes muy naturales en los que suele destacar la mirada con sombras degradé y tonalidades marrones que hacen que sus ojos verdes destaquen aún más. Cuando la ocasión lo requiere y busca un resultado más llamativo, no duda en recurrir a ahumados en gris y destacar los labios con gloss o labiales rosados.
Sin embargo, donde más suele variar sus looks es con el pelo, y es que aunque nunca lo ha llevado extremadamente largo, sí que se ha dejado ver con una gran variedad de cortes diferentes con un mismo objetivo: que la melena luzca con más volumen y cuerpo ya que en su caso tiene el cabello muy fino. A las imágenes nos remitimos. A continuación, repasamos sus cambios en estas dos décadas.
Una jovencísima Letizia que todavía presentaba el Telediario lucía una melenita con abundantes capas, un look que triunfaba en aquella época y que ahora está volviendo a estar muy de moda. Lo acompañaba con unos reflejos rubio claros que le aportaban mucha luz al rostro.
Un par de años después su look seguía siendo bastante parecido, aunque con un flequillo ligeramente más corto que solía peinar ladeado obteniendo un efecto muy juvenil y desenfadado.
Poco a poco su look con capas fue evolucionando en una media melena con un corte más sencillo pero en el que siguió manteniendo el flequillo. En cuanto al color, apostó por un tono rubio ceniza ligeramente más oscuro a lo que solía acostumbrar.
Posteriormente dejó definitivamente las capas para llevar el pelo un poco más largo sin apenas aderezos, simplemente las puntas algo más descargadas y sin flequillo con unos reflejos muy ligeros.
Un año después parece que se cansó de lucir un peinado tan sencillo y volvió a jugar con las capas de medios a puntas que le aportaban un extra de movimiento. Por aquella época además empezó a lucir el pelo con ondas en ocasiones especiales, un peinado que no acostumbraba a lucir en los años precedentes.
Allá por el 2012 siguió manteniendo las capas, pero manteniendo un desfilado en los mechones que caían hacia el rostro, que sin llegar a ser un flequillo, le daban mucha luz a la cara.
En 2013 decidió dejar crecer un poco más el pelo y simplemente se limitó a repasar el corte, dejando las capas ligeramente más largas. Un estilismo con el que se veía muy favorecida.
De nuevo volvió a apostar por la simplicidad con el cabello más largo y sin apenas capas. Una muestra de que la Reina suele volver a los peinados con los que se ve favorecida, independientemente del tiempo que haya pasado.
Sin duda su gran cambio de look fue en el 2015 cuando sorprendió a todos con un corte 'Bob' con el que marcó tendencia, y es que en aquel año muchas fueron las celebrities que se apuntaron a lucir melenita como ella.
Aunque el año anterior decidió cortar por lo sano con un buen tijeretazo, dicha elección le duró muy poco, pues posteriormente dejó crecer su pelo hasta un 'long bob' al que añadió algunas capas.
Unos meses más tarde dejó crecer el cabello de forma natural y lo oscureció levemente acercándose mucho al estilismo que suele lucir en la actualidad.
Antes de la pandemia volvió a jugar de nuevo con las capas, muy similares a las que llevaba en 2003, pero algo más largas. Además en aquella época empezó a dejar de teñirse las incipientes canas, lo que dio mucho que hablar.
Poco a poco empezó a dejar verse con más peinados entre los que destacan los moños, las coletas bajas y los semirecogidos (quizás por ese motivo decidió no volver a cortarse tanto la melena).
En 2022 abogó por la naturalidad, con el pelo más largo y sin apenas capas, simplemente las puntas algo descargadas para poder tener más volumen y movimiento cuando se ondula el pelo.
Más natural que nunca, orgullosa de sus canas y con un pelo fuerte y sano, la Reina luce el pelo más largo que nunca y con un corte recto y sin aderezos. Muy elegante y sofisticada.