Desde que Pedro Sánchez arrancara su carrera política han pasado 20 años, dos décadas que apenas han hecho mella en su físico, ni en su estilo. Fue un anónimo concejal del Ayuntamiento de Madrid y un igualmente desconocido diputado del Congreso hasta que, tras una moción de censura contra Mariano Rajoy, fue investido como presidente del Gobierno hasta en tres ocasiones.
Pero, como apuntábamos, más allá de la evolución lógica que se experimenta con los años, un corte de pelo y algún tratamiento estético que ha mejorado el aspecto de su piel, el físico de Pedro Sánchez sigue siendo el del joven atlético que en 1997 apareció en el programa ‘Moros y Cristianos’ que presentaba Javier Sardá.
En lo que se refiere a su manera de vestir, es evidente que se guía por gustos muy definidos y unas señas de identidad muy marcadas que a lo largo de los años han sido modificadas ligeramente, pero en absoluto de manera radical.
Así han sido los cambios físicos y de estilo de Pedro Sánchez a lo largo de su vida pública.
Con 25 años acudía a un programa de televisión de debate en el que, ironías del destino, tomaba la palabra para defender el papel de los jueces y al mismo tiempo afear a ciertos medios de comunicación el hecho de dar excesiva cobertura a determinados procedimientos judiciales.
No era más que un estudiante de ciencias políticas que cogía el micrófono y su no estudiado look estaba compuesto por una camisa de cuadros y un pantalón chino de color beige. El pelo, más oscuro, largo y ondulado, pero con un corte similar al que ha llevado siempre. En cuanto a la cara, se aprecian aún las marcas que deja el acné en la piel, unas cicatrices que decidió tratar cuando llegó a La Moncloa.
Es en 2019 cuando se aprecia un cambio evidente en el aspecto de Pedro Sánchez, que decide someterse a un tratamiento estético no invasivo para regenerar la piel del rostro y eliminar las marcas de acné, una mejora que muchas publicaciones atribuyen a Pedro Jaén, el dermatólogo de la reina Letizia. Radiofrecuencia, láser o ultrasonido son algunas de las técnicas que se han podido utilizar para hacer desaparecer esas marcas, aunque algunos especialistas han apuntado que podría haberse sometido a otro tipo de retoques estéticos, como la mesoterapia con vitaminas y aminoácidos y las infiltraciones de ácido hialurónico.
En lo que se refiere al pelo, Pedro Sánchez ha mantenido a lo largo de los años un corte muy similar peinado con raya marcada a la izquierda y sin patillas, pero es el color el que ha cambiado ligeramente. Cuando las canas hicieron su aparición en escena decidió que había que matizarlas sutilmente, pero en lugar de teñirlas, que es un recurso que no suele quedar bien en el pelo masculino, ha optado por un tipo de pigmento que desaparece con los lavados, de ahí los vaivenes de color de su pelo.
Decíamos que Pedro Sánchez es un hombre de ideas fijas y lo demuestra desde siempre y casi a diario con la elección de sus trajes de chaqueta. No ha trascendido si los compra hechos o se los confeccionan a medida, pero lo cierto es que, ya sea por una cuestión de gustos o por simple comodidad, viste casi siempre de azul (azul marino, azul de Prusia, azul índigo, azul acero, azul violáceo…) salvo contadas excepciones en que apuesta por el gris y siempre con sastres cortados por el mismo patrón.
Lleva años apostando por un modelo concreto de silueta ‘slim’ con solapas estrechas y la única modificación apreciable a simple vista es que ha decidido acortar el largo de los pantalones, que antes quedaban arrugados sobre el zapato y ahora caen hasta la altura del talón.
Si en los trajes sigue una pauta muy clara, los mismo sucede con las camisas y las corbatas con las que los combina. En lo que respecta a las camisas, son evidentes sus gustos clásicos porque lo habitual es que las elija blancas o celestes. En cuanto a las corbatas, siguiendo la regla de las proporciones, las elige estrechas como las solapas de sus trajes y generalmente en rojo o azul y mayoritariamente lisas.
Si a principios de su carrera política hemos llegado a verlo con pantalones chinos y camiseta, aquello pasó a la historia porque desde hace años desde hace muchos años el presidente tiene su propio ABC para vestir en clave casual y está compuesto por pantalones vaqueros, camisas y cazadoras o chaquetas.
El desacierto estilístico más evidente de Pedro Sánchez está precisamente en sus pantalones vaqueros demasiado estrechos, en 2024 incluso más que en 2014, cuando la moda era llevarlos super skinny.
Otra de sus señas de identidad cuando viste de manera informal, es que Pedro Sánchez siempre lleva camisas, ya las combine con chaquetas sport, o con cazadoras. De nuevo sus gustos navegan entre las de color blanco y las celeste, aunque para estas ocasiones se reserva un modelo favorito, que son las camisas vaqueras y en concreto un modelo de Carolina Herrera, mezcla de algodón y liocel, que ha llevado en numerosas ocasiones.
La tercera prenda que no suele faltar en sus apariciones informales, salvo días de excesivo calor, es una chaqueta o una cazadora. Las americanas siguen la misma línea marcada por las chaquetas de sus trajes y en cuanto a las cazadoras, cuenta con tres favoritas: el modelo utilitario, las de cuero y la bomber de ante.
Donde más se ha notado la evolución del estilo de Pedro Sánchez es en la manera de vestir para las grandes ocasiones y basta fijarse en los looks que ha elegido a lo largo de los años para acudir a la ceremonia de los Premios Goya. Si antes de ser presidente recurrió en varias ocasiones a un sastre negro, que llevó indistintamente con y sin corbata, tras su primera investidura cambió el traje por el chaqué y la corbata por la pajarita, porque no acudía como un invitado más, sino como Presidente del Gobierno y así ha sido desde 2020 hasta la gala de 2024.