El sol es capaz de llenarnos de energía y, sobre todo en verano, brindarnos un tono moreno en la piel. Pero no hay que olvidar que, aunque necesitemos el sol para obtener vitamina D para nuestro organismo, exponernos a él en exceso, a horas inadecuadas o sin la protección necesaria puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud. Con la llegada del verano es más importante que nunca recordar cuáles son las mejores horas para tomar el sol, cuál es el tiempo máximo que no debemos exceder y qué precauciones es necesario tomar. Presta atención y disfruta de esta época del año sin riesgos.
Insistimos en que debes tomar el sol de manera prudente y siguiendo las recomendaciones de los expertos para no encontrarte con ninguno de estos problemas:
Además, podemos dañar la salud ocular o sufrir una deshidratación, que es muy peligrosa, sobre todo en verano. Así que no dejes de leer las recomendaciones que te damos a continuación.
Para tomar el sol sin riesgos es esencial evitar las horas centrales del día, es decir, desde el mediodía hasta primera hora de la tarde. Los expertos coinciden en que por la mañana no deberías tomar el sol después de las 12 horas. Tras la pausa del mediodía, la recomendación es que esperes hasta las 17 horas para exponerte al sol. Además de los riesgos que conlleva recibir el sol directo entre las 12 y las 17 horas, aumenta el riego de sufrir un episodio de deshidratación. Así que si quieres disfrutar del sol, quizás la mejor idea sea madrugar o esperar hasta la tarde.
Como ya hemos dicho, utilizar un protector solar es imprescindible para proteger nuestra piel de los peligros del sol. Utiliza un SPF 50, reaplica cada dos horas y siempre tras un baño en el mar o la piscina. Es más, no nos cansamos de decir que el uso del protector solar durante todo el año es la mejor manera de prevenir el envejecimiento prematuro.
Además, debes tener en cuenta el tiempo de exposición solar. Lo ideal es hacerlo de manera gradual comenzando por 10-15 minutos al día, e ir aumentando a medida que la piel se va acostumbrando. En cualquier caso, no debes exceder los 60 minutos al día.