¿Has pensado en lo importantes que son tus labios? No solo nos regalan sonrisas (o un puchero cuando nos ponemos bien dramáticas, de vez en cuando), también son esenciales para la armonía de nuestro rostro (que se lo digan a Kylie Jenner, que cambió de labios y parece otra persona). Pero tienen su lado frágil: son más finos, envejecen más rápido y no tienen glándulas sebáceas. Traducción: sufren con el frío, el sol y la falta de cariño. Por eso, cuidarlos no es negociable: hay que hacerlo sí o sí. Sin embargo, entre tanto producto en el mercado, ¿cómo elegir? Aquí vamos a desmenuzar los pros y contras de las mascarillas, bálsamos, lip oils y hasta la clásica vaselina con la ayuda de expertas.
Cuando piensas en mascarillas, seguramente te vienen a la cabeza esas para la cara que te hacen sentir como si estuvieras viviendo una de las escenas de 'Sexo en Nueva York'. Pues que sepas que los labios también pueden disfrutar de un tratamiento similar. Las mascarillas labiales son una opción ideal si tus labios están secos, agrietados o si simplemente quieres mimarte un poco.
María Marcos, dermatóloga y embajadora de Kiehl’s, asegura que las mascarillas están diseñadas para hidratar en profundidad gracias a ingredientes como aceites esenciales, manteca de karité y vitaminas. ¿El resultado? “Labios sedosos, nada pegajosos y con una sensación ultra suave”, afirma.
Suelen aplicarse por la noche porque, mientras tú duermes, ellas trabajan. Es un win-win: tú descansas y tus labios se regeneran. Además, muchas incluyen ácido hialurónico, que actúa como un imán de hidratación, y antioxidantes que luchan contra los radicales libres (esos pequeños villanos responsables del envejecimiento prematuro).
Pilar Pérez, farmacéutica y CEO de Albalab Bio, recomienda usarlas como un tratamiento ocasional para combatir la sequedad extrema o para preparar los labios antes de un evento especial. ¿Un truco? Exfóliate antes para que los ingredientes penetren mejor y potencia el efecto con una capa fina de bálsamo al terminar.
Si hay un producto que todos tenemos en el bolso, el coche o la mesita de noche, es el bálsamo labial. Es como el salvavidas de tus labios: práctico, versátil y siempre a mano. A diferencia de las mascarillas, los bálsamos están pensados para el uso diario. Su misión principal es prevenir la sequedad, crear una barrera protectora y mantener los labios en buen estado.
Según María Marcos, dermatóloga y embajadora de Kiehl’s, los bálsamos contienen ingredientes como cera de abeja, aceites naturales o manteca de karité, que funcionan como una capa protectora. “Más que reparar, están diseñados para prevenir la deshidratación”, explica.
Y no olvidemos su faceta todoterreno: si eliges uno con SPF, proteges tus labios del sol, algo fundamental para prevenir el envejecimiento y las manchas. Sí, los labios también necesitan protección solar, aunque a veces lo pasemos por alto.
Pero no todos los bálsamos son iguales. Si tienes labios muy secos, busca opciones con manteca de karité o aceites intensamente hidratantes. En cambio, para el uso diario en labios normales, un bálsamo ligero con protección es más que suficiente.
Si los bálsamos son los básicos del cuidado labial, los lip oils son como sus primas fashionistas. Hoy todo el mundo tiene un lip oil en su neceser. No solo hidratan, también dan brillo y un toque de volumen que hace que tus labios luzcan irresistibles.
Estos aceites labiales combinan lo mejor de dos mundos: la hidratación profunda de los aceites naturales y el acabado brillante de un gloss, pero sin esa molesta sensación pegajosa. María Marcos destaca que contienen ingredientes como aceite de coco o jojoba, que nutren los labios desde dentro. “Son perfectos para quienes buscan algo más sensorial y estético, con aromas frutales y un brillo que realza el volumen”, añade.
¿Para qué tipo de labios son ideales? Los lip oils funcionan de maravilla en labios sanos que necesitan un extra de hidratación y estilo. Si tus labios están agrietados, quizá necesites un producto más reparador antes de usarlos. Pero si lo que quieres es ese look fresco y jugoso que parece sacado de una foto de Instagram del feed de Emily Ratajkowski o Rosalía, son tu mejor opción.
Lo empezaste a aplicar de niña y posiblemente fue el primer cosmético que usaste. Y la vaselina lleva décadas con nosotros y nos ha ido acompañando lo largo de los años, tanto es así que muchas veces la subestimamos. Aunque no tiene el glamour de los lip oils ni el encanto de las mascarillas, sigue siendo un must-have en tu rutina de cuidado labial, especialmente en invierno.
Pilar Pérez explica que la vaselina no hidrata por sí sola, pero crea una barrera oclusiva que ayuda a retener la humedad. Esto la hace ideal para usar en labios agrietados o en climas extremos. “Es perfecta para sellar la hidratación, pero debes aplicarla sobre un producto humectante para que realmente funcione”, aclara.
¿El único pero? No es para todo el mundo ni para todas las situaciones. Si tienes heridas abiertas o alergias a derivados del petróleo, es mejor optar por otras alternativas. Además, no penetra en la piel, por lo que no repara ni nutre como otros productos.
La elección entre vaselina, mascarillas, bálsamos y lip oils depende de cómo tengas los labios y qué esperes del producto. Aquí te dejamos una guía rápida con los consejos del eqiuipo técnico de de Anec Cosmetics.
Más allá de los productos, que también están muy bien y son efectivos, tal y como nos lo han contado los expertos, hay pequeños hábitos que pueden marcar la diferencia en la salud de tus labios. Apunta estos consejos:
Ni todo el campo es orégano, ni todos los ingredientes en un cosmético actúan de la misma manera. Y precisamente por eso le hemos preguntado el equipo técnico de de Anec Cosmetics cuáles eran los mejores ingredientes. Entre los que debes buscar, destacan los hidratantes como el ácido hialurónico, el aloe vera y la glicerina, que atraen y retienen la humedad. También son clave los nutrientes como los aceites de coco, jojoba y almendra, así como la manteca de karité, que aportan suavidad y elasticidad. Para reparar los labios dañados, recomiendan ingredientes como las ceramidas, el pantenol y la lanolina, que restauran la barrera cutánea. Además, los antioxidantes como la vitamina E y el aceite de semilla de uva protegen frente a los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro de los labios.
En el lado opuesto, hay ingredientes que conviene evitar. Los irritantes, como fragancias artificiales, mentol y alcanfor, pueden causar molestias o sensibilizar la piel. Los secantes, como el alcohol desnaturalizado, eliminan la humedad en lugar de aportarla, empeorando la sequedad. Finalmente, los comedogénicos, como los aceites minerales de baja calidad.
Si tenías dudas, ahora ya tienes todas las respuestas. Si no luego nos quejamos de que los labios no están tan bonitos como queremos... ¡es también porque así lo hemos querido!
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