Yana Olina, su hermano Manuel y su hija Daniella -que iba yendo y viniendo según dictaba la custodia compartida con Paula Echevarría- fueron los acompañantes de David Bustamante durante el confinamiento. Un parón forzoso del que el artista sacó más de una lección, alguna más trascendental que otra. Y entre ellas estuvo aprender (por fin) a cocinar. Así se lo ha contado a su amiga y vecina Toñi Moreno en una entrevista para el programa 'Un año de tu vida' donde, al hablar de ese buen comer del que siempre se ha sentido orgulloso el de San Vicente de la Barquera, ha querido mandar un mensaje a aquellos que le critican por su cambio físico.
Aunque al principio era él mismo el que echaba humor al aumento de peso que ha experimentado en los últimos años ("Mirad qué fuerte estoy", decía marcando bíceps), su discurso era contundente. "No es igual tener 20 años que 38. Cada vez es más difícil. Uno sube por diferentes circunstancias: por ansiedad, por estrés... Muchas personas pagan esos síntomas con la comida, y es un problema. Si encima les estás machacando desaprobando su físico...", alegaba señalando a esos haters que no tienen ningún cuidado al criticar el cuerpo de los demás.
"Cada uno tiene espejos en casa, no hace falta que nadie le diga: 'oye, tú has engordado'. ¿Y a ti qué te importa? Y tú tienes la lengua muy larga, así que a ver si te la cortas un poquito", espetaba, provocando las carcajadas del público presente en el plató. Y esta no es la primera ocasión en la que Bustamante se ve obligado a responder a los haters. Hace ya tres años, justo después de confirmar su separación, el cántrabo se catalogaba como "esas personas a las que en épocas de estrés apagamos la ansiedad con la comida".
En la entrevista, que se ha centrado en su carrera profesional, también han parado un momento para debatir sobre la relación de David con la prensa, concretamente con la del corazón, con la que el buen rollo parece haber flaqueado desde su divorcio. "Preguntan cosas incómodas siempre", se ha quejado, asegurando que si le preguntasen por cosas bonitas estaría dispuesto a sentarse a tomar un café con el reportero si hiciera falta.
"El límite está en que si digo que no quiero hablar de una cosa porque duele, que lo dejen ahí, que no sigan insistiendo porque hace daño", ha pedido con gesto serio. "Lo que no está bien es hacer daño a las personas porque eso genera contenido. Soy una persona que siempre he sido amable, así que no me pellizques porque salto".