Muchas de las prendas y tendencias beauty que reinaron en los años setenta se han recuperado esta temporada, elevadas a la categoría de moda para el otoño-invierno de 2021. Algunas, especialmente en lo que se refiere a cuestiones de belleza, apenas han pasado por el filtro del nuevo siglo y ese es el caso de los flequillos setenteros, que siguen siendo hoy una opción para tus looks capilares.
Cortarse el flequillo es una decisión que cuesta tomar, pero cuando encuentras el que te favorece es casi imposible volver a dejarlo crecer por dos razones, la primera es que tiene un efecto antiedad casi milagroso y la segunda, porque el flequillo adecuado consigue equilibrar las facciones.
Para elegir el flequillo más adecuado, que puede ser recto, desfilado, corto o largo, es importante analizar tanto la forma de la cara -ovalada, cuadrada, redonda o alargada-, como el tipo de cabello -fino, grueso, liso o rizado-, pero es posible que entre los tres flequillos que más se llevaron en los años setenta, seas capaz de encontrar el que mejor encaja con tu perfil.
El llamado courtain fringe, el flequillo cortina de Brigitte Bardot, es uno de los más democráticos. Es un tipo de flequillo capeado y de líneas suaves, más corto en el centro y largo en los laterales, que se integra sutilmente con el resto de la melena. Lo habitual en los setenta era llevarlo con raya en el medio, pero puedes peinarlo con la raya en un lado y también resulta perfecto para suavizar los rasgos
Este tipo de flequillo es uno de los más versátiles pues no sienta solo bien a las caras ovaladas, sino que suaviza los rasgos de los rostros redondos y cuadrados y si lo peinas con la raya en un lado, también equilibra los que tienen forma de diamante. Además, se trata de una de las mejores apuestas para quienes tienen el cabello fino, porque las capas aportan movimiento y volumen al pelo
El flequillo largo fue el característico de Jane Birkin en las décadas de los sesenta y setenta. Se trata de un corte tan icónico como el bolso al que dio nombre la actriz y cantante, que se define por caer sobre las cejas de manera irregular. Requiere poco mantenimiento y aunque ella lo llevaba con una melena larga y lisa, es perfecto para todo tipo de cortes y no importa si tienes el cabello a capas, recto, liso u ondulado.
Este flequillo tiene como objetivo marcar los pómulos, por eso es una buena opción para quienes tienen el rostro afilado. Además, es un buen truco para esconder una frente ancha y larga e incluso una nariz prominente.
Otra de las estrellas de los años setenta fue el flequillo waft, ligeramente capeado, largo y ondulado, de Farrah Fawcett. La técnica para conseguir este tipo de flequillo es similar a la que se utiliza para el flequillo cortina, aunque el waft es más espeso y se peina con cepillo redondo y secador para ondularlo ligeramente hacia atrás.
Este flequillo es perfecto para cabellos abundantes y ligeramente ondulados. En cuanto a los rostros a los que más favorece, al potenciar la horizontalidad en los pómulos, es recomendable para caras alargadas y ovaladas.