A pesar de que hay muchos reticentes, y cada vez más, a celebrar San Valentín, lo cierto es que este día se sigue conmemorando y a veces por todo lo alto. Porque, reconozcámoslo, nos gusta celebrar el amor y, aunque haya que demostrarlo día a día, no está de más dedicarle un día a esto para recordarlo. Y este año, no solo valdrá con regalos y sorpresas, te proponemos que vivas San Valentín por los cuatro costados y en todas las formas posibles. Una de ellas, el maquillaje, en el que, por supuesto, no faltan los labios rojos.
Sí, porque el rojo es el color del día de San Valentín, eso es algo indiscutible, así que el maquillaje para un día como este no puede ir en otra línea. Además, el rojo se ha convertido en tendencia en lo que a materia ‘makeup’ se refiere. No hay más que ver cómo las sombras de ojos rojas, desde que la mascarilla se ha convertido en accesorio obligatorio, son las protagonistas, haciendo que pase la intensidad y el color de los labios a la mirada.
Pero eso no quiere decir que los labios pasen desapercibidos, todo lo contrario, los labios rojos son indiscutibles y un clásico que nunca pasará de moda.
Así que, con estas dos premisas básicas se crearía el look de maquillaje perfecto de San Valentín, aunque no se pueden llevar ambas tendencias en su máxima expresión, pues se recargaría demasiado el look. Hay que hacer una fusión de ellas para crear un look lady in red perfecto para el día de los enamorados. Te contamos cómo.
Quizás sobre advertir de este primer paso porque es común a todos los maquillajes, por sencillos que sean, que podamos hacer, pero lo cierto es que, a veces se nos olvida. Será básico limpiar el rostro para evitar que queden restos de suciedad y de otros maquillajes que puedan arruinar el resultado. Después, se hidrata la piel con sérum y crema para que el maquillaje se asiente mejor, pero para que este también se vea mucho más jugoso y brillante. El 'glow' que requiere la piel en todo maquillaje se lo dará este paso.
El pintalabios rojo no puede faltar en un maquillaje que se precie, prácticamente, así que era imposible que lo hiciera en un maquillaje rojo de San Valentín. Además, en su tono más potente están de rabiosa actualidad sobre maquillajes sencillos y más naturales, es decir, en los que el resto del rostro no está demasiado recargado. Apuesta por un pintalabios mate rojo, para que no se mueva y dure más con la mascarilla y para que sea lo más intenso posible. Una opción es este, el 775 Kiss Rouge de la colección Kisskiss Tender Matte de Guerlain.
Recuerda perfilarlo antes para evitar que el rojo, aunque sea mate, se salga por las pequeñas arruguitas que se van formando alrededor del labio y hacen que el pintalabios rojo parezca cuarteado.
Se trata del paso principal del look pero también del más sencillo porque solo habrá que aplicar el labial rojo que más nos guste.
Siempre nos han contado aquello de que el labial es lo último en aplicar a la hora de maquillarnos, pero no podríamos cometer peor error. Y es que, dejando este para el final lo que hacemos es recargar el maquillaje y que los elementos no se fusionen entre sí, sino que vayan independientes unos de otros. Por eso, el primer paso, hablando de tonos intensos, siempre será el pintalabios y el segundo la sombra de ojos.
En este sentido, ahora esta debe verse roja pero sutil, es decir, no demasiado roja ni muy marcada, sino más bien un rojo difuminado. Para conseguir el resultado que buscamos, primero aplicaremos una base brillante, que dará luz a la mirada por todo el párpado móvil. A continuación tomaremos un rojo algo más mate par hacer un pequeño sombreado. Esta sombra se aplicará desde aproximadamente la mitad del párpado superior hasta el final acabando en punta y marcando la cuenca del ojo. Este mismo rojo se utilizará para pintar una pequeña línea de color debajo de la línea de las pestañas inferiores.
Por último, añade una sombra brillante encima de esta para suavizar un poco el rojo, que haga incluso que tienda un poco más a anaranjado gracias a los pigmentos dorados que pueda incluir.
Para completar la mirada, sella el resultado con eyeliner negro pero pintado de forma muy fina y sutil y máscara de pestañas que aporte volumen. Otra de las formas es pintar el eyeliner rojo, para dar más personalidad al maquillaje, e incluso prescindir de las sombras de ojos y hacer que el delineado sea el protagonista haciéndolo flotante y cerrado, creando efecto de sombra de ojos, como proponen desde Charlotte Tilbury.
El toque final lo aporta el colorete. Intentaremos aplicarlo en un tono lo más parecido al rojo de las sombras posible, pero sin que sea demasiado rojo para no parecer congestionadas o que al final resulte un maquillaje demasiado excesivo. Nuestra recomendación es que ese colorete sea un rosita algo más intenso, que pueda seguir la línea de rojo e incluso algo anaranjado, aunque no demasiado porque lo importante es seguir la línea de color.