El nail art está a la orden del día y nos encanta lucir todo tipo de manicuras siguiendo las tendencias. Pero tener unas uñas bonitas y proporcionadas no es tan habitual como nos gustaría, y la solución que más éxito tiene en este momento es recurrir a las famosas uñas de gel. Si eres una fan de las manicuras, es muy posible que ya hayas probado esta técnica u otras, como las uñas acrílicas o las de porcelana.
Entre todas las posibilidades, como te contamos, las uñas de gel se posicionan como las favoritas. Así que si crees que ha llegado el momento de pedirlas en tu salón de belleza, te contamos cómo se realiza la técnica y, lo más importante, cuáles son sus ventajas e inconvenientes.
Para conseguir el acabado natural propio de esta técnica, el esmalte de gel se aplica directamente sobre la propia uña limpia, el número de capas va a depender del resultado que queramos obtener. Podemos conseguir unas uñas super naturales o unas con un acabado de lo más sofisticado. Una vez aplicado el gel, se seca con una lámpara LED de luz ultravioleta. Eso sí, hay que secar cada vez que se aplica una capa para que quede tal y como deseamos.
A continuación, las uñas quedarán listas para aplicar el esmalte que quieras o hacerte una manicura de tendencia. Aunque el resultado dure varias semanas, la uña sigue creciendo por debajo y solo necesitas acudir al salón de belleza para que se vaya rellenando el hueco que aparece sin gel.
La primera gran ventaja que habría que destacar de este tipo de uñas es, como venimos diciendo, que tienen un acabado de lo más natural. Y llevar unas uñas perfectas que parezcan nuestras es una razón de peso para decantarnos por la técnica del gel.
La duración es otro de sus puntos fuertes. Durante unas tres semanas aproximadamente puedes llevar unas uñas perfectas, y solo necesitas ir a que vayan rellenando los huecos con gel a medida que van creciendo.
El gel permite también que tus uñas acaben teniendo la forma y la longitud que desees. Por lo que si tu uña natural no tiene una forma que te convence, o te las has mordido y no crecen bien, con el gel todo eso quedará más que disimulado. Y, por supuesto, la superficie de la uña quedará más que preparada para que sobre ella se aplique un esmalte o te realicen cualquier tipo de nail art.
No hay técnica de uñas que no tenga inconvenientes, y en el caso de las de gel, el más destacable es que no te las puedes quitar en casa cuando quieras sin más. Que tus uñas se vean sanas o estropeadas va a depender, en gran medida, de cómo se retire el gel. Si acudes a tu salón de uñas, allí lo harán de manera profesional y sin dañar la uña. En cambio, en casa deberás tener las uñas empapadas en acetona durante 30 minutos, lo que puede resultar agresivo y, además, no garantiza que la retirada de la uña sea completa.
Que requieran un mantenimiento a medida que la uña va creciendo puede ser un inconveniente para algunas personas, que no querrían tener que pasar a menudo por el salón de uñas. La ventaja de que sean unas uñas con un acabado natural conlleva un inconveniente, y es que no son tan resistentes como las acrílicas o las de porcelana.
También hay quien se queja de que producen reacciones alérgicas en la piel, pero esto no debería ocurrir si te pones en mano de un buen equipo de profesionales que utilice productos seguros.