Que una relación marche bien no siempre es posible. Es por eso que muchas parejas deciden tomar caminos por separado cuando observan que su noviazgo no evoluciona como debería y les está afectando en su vida personal. Normalmente tomar este tipo de decisiones no serán nada fácil de tomar; muchas veces se decide posponer este momento en el tiempo y aguantar junto a la pareja aunque se hayan dado cuenta de que no están bien juntos.
Esto último, en ocasiones, es lo que sucede en las familias reales. Para entenderlo debemos tener en cuenta el escándalo que supone que un matrimonio real se divorcie. Primero, a nivel social y, también, a nivel religioso, ya que la mayoría de las familias reales tienen unas tradiciones muy arraigadas y vinculadas a la Iglesia. Pero, ¿cuáles han sido los divorcios reales más sonados de la última época?
Si hablamos de nuestro país, no podemos dejar de mencionar a la infanta Elena y Jaime de Marichalar. En noviembre de 1994 se comunicó que la hija mayor de los reyes de España iba a casarse con el aristócrata Jaime de Marichalar. Ambos se habían conocido un años antes gracias a unos amigos en común. El matrimonio tuvo lugar en marzo de 1995 en la Catedral de Sevilla y, en ese momento, el rey le concedió el título de duquesa de Lugo. Fruto de su matrimonio tuvieron dos hijos: Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
Fue el 13 de noviembre de 2007 cuando la casa real española anunció el “cese temporal de su convivencia matrimonial”. Aunque eso sí, insistieron en que no se trataba de la separación definitiva. En noviembre de 2009, los abogados de ambas partes anunciaron que se había comenzado con los trámites de un divorcio de “mutuo y común acuerdo”. El 21 de enero de 2010 fue inscrito en el Registro Civil de la Familia Real, el acuerdo de divorcio con Jaime de Marichalar, quedando divorciada legalmente desde ese mismo día.
Otra de las posibles separaciones que más se habla, dentro de la familia real española, es la protagonizada por el rey Juan Carlos y doña Sofía. Parece ser, y tal y como apuntan las últimas informaciones, que ambos tomaron caminos por separado cuando el rey Felipe tenía tan solo cinco años. Además, es de sobra conocido por todos, los escarceos del emérito con distintas personalidades de nuestro país. Aún así, el matrimonio todavía está casado.
Uno de los últimos escándalos relacionados con la familia real española ha sido la relación de Iñaki Urdangarín y Ainhoa Armentia. A ojos de todos, Iñaki estaba felizmente casado con la infanta Cristina, pero parece ser que su relación no iba tan bien como se pensaba. Ambos se casaron en octubre de 1997 en Barcelona y vivieron varios momentos complicados en su vida, como la entrada a prisión del jugador de balonmano. Aún así, Iñaki ya se encuentra fuera de la cárcel y parece ser que ha rehecho su vida en Vitoria junto a su compañera de trabajo. Por ahora, parece ser que no se ha comunicado el divorcio, pero dentro de la familia la ruptura es un hecho.
Otro de los divorcios más complicados, en el seno de una familia real, fue el de Lady Di y el príncipe Carlos. En los últimos años de su matrimonio, la relación entre ambos era especialmente tensa. Además, en el Palacio de Buckingham no gustaba nada la actitud de Diana de Gales, más despreocupada y ajena a las obligaciones reales. También, y tal y como confesó ella después de divorciarse, en su matrimonio siempre habían reinado las infidelidades, sobre todo por parte del príncipe Carlos con Camilla Parker-Bowles.
Diana se casó cuando todavía era muy joven, ya que la casa real británica estaba en la búsqueda de la pretendienta ideal del príncipe Carlos, que todavía estaba soltero. Por eso, lo suyo no fue amor a primera vista ni un flechazo, sino que fue casi un matrimonio por conveniencia. Las cosas no fueron bien a finales de 1995 ya se rumoreaba que iban a divorciarse. Así, este finalizo en agosto de 1996, un año antes de que Diana falleciera en un accidente de coche. A pesar de todo, lady Di quiso mantener una buena relacionó con la familia real británica por el bien de sus dos hijos, William y Harry.
Si nos vamos hasta Mónaco también nos encontramos con sonados divorcios como el protagonizado por Carolina de Mónaco y Philippe Junot. Con tan solo 21 años, la princesa de Mónaco se casó con el aristócrata, aunque parece ser que lo suyo no duró mucho tiempo. El matrimonio acabó en divorcio y anulación matrimonial. Luego, en los 2000, pasó por el altar con Ernesto de Hannover de quien se acabó divorciando nueve años más tarde. Aunque eso sí, la pareja todavía no ha firmado los papeles de divorcio.
Y estos problemas en el amor parecen también extensibles a su hermana Estefanía, quien se casó en 1995 con su guardaespaldas, Daniel Ducruet. Un año más tarde, se publicaron unas imágenes del hombre manteniendo relaciones sexuales con otra mujer y, por tanto, se divorciaron. Luego, en 2003 se dio el ‘sí, quiero’ con el acróbata Adans Peres, del que se divorció un año más tarde.
En Noruega fue en 2006 cuando la casa real anunció el divorcio entre la princesa Marta Luisa y el escritor Ari Behn. Ambos habían contraído matrimonio en 2002 y tenían tres hijas en común. A pesar de todo, esto no fue suficiente para seguir con su relación. Aunque lo peor estaba por llegar; Behn decidió quitarse la vida en diciembre de 2019.