Hay una tradición en todas las bodas, sobre todo en aquellas que se celebran por la iglesia, que pese haber estado en desuso, ha vuelto a coger fuerza: la pedida. En los últimos tiempos han cogido un poco más relevancia porque han sido muchas las influencers que la han celebrado. Ha sido el caso de las hermanas Pombo, de María G de Jaime o de María F Rubíes.
Como ya hemos comentado, se trata de un momento muy vinculado a la tradición, por lo que todo lo que engloba esta ceremonia estará ya más que pautado. La petición de mano se celebra en la casa de los padres de la novia, que se engalana con flores y ramos para celebrar el amor. Además, puede ser una comida o una merienda, con el único objetivo de que las familias puedan conocerse mejor.
Si te preguntas a cuenta de quién correrán los gastos de la pedida, la respuesta es evidente: de los padres de la novia. En el caso de que la celebración tenga lugar en un restaurante o en un hotel, es decir, en un lugar que no sea la casa de los padres de ella, también serán los progenitores quienes se hagan cargo de los gastos.
Eso sí, aunque esto es lo que marca la tradición, siempre podrá ser negociado, dependiendo de la capacidad económica de cada familia, por lo que no es algo que esté totalmente cerrado y que caerá en manos del diálogo tanto de los novios como de sus familias.
Otro aspecto a valorar será la cantidad de gente que acude a la pedida. Si alguna de las dos familias aporta más personas, lo más normal es que esta pague alguna parte de los gastos. Aunque eso sí, debes saber que la pedida de mano se celebra para conocer a la familia más cercana, por lo que deberá ser algo íntimo.
De la misma forma, los padres del novio podrán invitar, también, a la familia de la novia. Y esta devolución deberá hacerse de la misma forma. Es decir, es una casa o en un restaurante. Si se decide hacer de forma distinta habrá que tener especial cuidado para no herir sensibilidades.