Todos los preparativos de una boda van acompañados de la ilusión de la pareja. Pero sin duda el que más emociona a una novia es la búsqueda de su vestido. Dar con el adecuado, el que te convierta en la novia que sueñas ser, es esencial, pero también lo es no andar con prisas de última hora que puedan estresarte de cara a la boda. Para marcar cuándo hay que empezar a buscar el vestido de novia hay que tener en cuenta el tipo de boda y de vestido que quieres, pero lo cierto es que nunca es demasiado pronto, y la recomendación habitual es hacerlo entre los 6 y 9 meses previos al gran día. Para ponértelo más fácil, esta guía puede serte muy útil.
O bien os habéis puesto de acuerdo en vuestro deseo de casaros, o bien acaban de pedir tu mano. En cualquiera de los dos casos ya estás de celebración y con la cabeza a tope pensando en cada detalle de la boda. Es el momento de empezar a hablar de cuándo y dónde queréis casaros, porque esto va a ser fundamental para empezar a buscar tu vestido.
Tal y como acabamos de decir, sin estos dos datos cerrados no tiene sentido que comiences a buscar tu vestido. Los diseños y tejidos varían mucho según la época del año, y no va a ser el mismo vestido el que querrás llevar en noviembre que en junio. Pero no solo la fecha importa, porque el lugar en el que se celebre la boda va a marcar de alguna forma el estilo de la misma. Puedes celebrarla en un castillo, en el campo, en la playa… y una vez que tengas definido el escenario, verás con más claridad qué estilo de novia es el que mejor encaja.
A menos que tengas claro de dónde quieres que sea tu vestido, puedes visitar diferentes tiendas especializadas. No suelen atender sin cita previa, así que prepara tu agenda de boda y visita los lugares que más te gusten. Con una primera cita podrás saber si es el lugar adecuado para ti (tanto por estilo como por presupuesto), y podrás elegir de dónde quieres que definitivamente sea tu vestido de novia. De hecho, puede que te enamores del que llevarás en la primera cita, como un verdadero amor a primera vista.
Ya has elegido el vestido, habéis hablado de posibles ajustes y han trabajado en ello. Ha llegado el momento de hacer la primera prueba. Estamos hablando de unos 2 meses antes de la boda, para que haya tiempo de hacer cualquier arreglo. En esta primera prueba puede que el vestido ya sea tal y como tú lo imaginabas, pero si no es así, que no cunda el pánico, porque hay una segunda prueba.
Con los pequeños detalles que faltaran por hacer, o solo para comprobar que el vestido te queda tal y como lo viste en su día, hay una segunda prueba. En esta ocasión debes llevar la lencería y el calzado que vas a utilizar el día de la boda y así asegurarte de que todo funciona a la perfección.
Lo habitual es que solo hagan falta dos pruebas para que el vestido esté listo, así que lo esperable es que puedas ir a recogerlo incluso dos semanas antes de la boda. Te lo prepararán con mimo y cuidado, guardado en una bolsa protectora. Cuélgalo en casa en un lugar espacioso, para que se arrugue lo menos posible (a ser posible nada), y ya solo te quedará esperar a que llegue el gran día para deslumbrar con él.