Si no surgen nuevos imprevistos, el próximo día 8 de julio Tamara Falcó e Íñigo Onieva contraerán matrimonio, un enlace del que se saben prácticamente todos los detalles, de la lista de boda a los invitados, salvo uno de los más importantes: cómo será el vestido de la novia.
El único dato que ha trascendido es que, tras romper el acuerdo con la firma Sophie et Voilà, la marquesa de Griñón decidió confiar su look nupcial a Carolina Herrera, la marca venezolana que actualmente está bajo la dirección creativa del diseñador Wes Gordon y que tanto ella como su madre han vestido en numerosas ocasiones.
La elección de esta legendaria firma de moda de estilo clásico, sofisticado y elegante ha disparado las especulaciones sobre cómo podría ser el diseño que llevará Tamara Falcó el día de su boda y aunque habrá que esperar hasta el día D para conocer todos los detalles, podemos echar la vista atrás y recordar algunos de los vestidos de novia más icónicos de Carolina Herrera, entre las que están sus hijas Adriana Carolina y Patricia, pero también otras mujeres famosas como Olivia Palermo o Emmy Rossum.
En 1986 Caroline Kennedy elegía un modelo de Carolina Herrera para su boda con Edwin Schlossberg, un modelo de manga corta que respondía a las tendencias de la época, con hombreras pronunciadas, cuerpo ajustado hasta la cadera con flores en relieve y falda de gran volumen acabada en una larga cola. A lo largo de su historia, uno de los elementos comunes en las colecciones de Carolina Herrera está relacionado con el dominio del volumen, que suele equilibrar con cuerpos ajustados a la silueta y cinturas muy pronunciadas.
Olivia Palermo también elegía a Carolina Herrera para que diseñara su look el día de su boda con Johannes Huebl en 2014. La socialité eligió un modelo de tres piezas compuesto por un jersey de cashmere decorado con plumas de avestruz, una falda de tul semitransparentes con capas de satén y seda decorada con detalles florales, que superpuso a unos shorts blancos. Completó su look con los zapatos de color del momento: los stilettos azules de Manolo Blahnik que puso de moda Carrie Bradshaw.
Otro de los vestidos de novia icónicos de Carolina Herrera es el que eligió la actriz Emmy Rossum para su boda con el también actor Sam Esmail en 2017. La novia apostó por un sencillo modelo de estilo romántico de escote barco, de cuerpo cruzado en el pecho y falda evasé que se inspiraba en la arquitectura del museo Guggenheim de Nueva York, el lugar elegido para celebrar el banquete.
No era el día de su boda, pero en su tercera nominación al Oscar Renée Zellweger eligió un vestido de Carolina Herrera, en cuyo diseño participó activamente y con el que finalmente consiguió la estatuilla. El modelo de escote palabra de honor, cuerpo fruncido y corte ajustado con cola desmontable sujeta con una gran lazada en la espalda, terminó convirtiéndose en uno de los vestidos de novia más vendidos de la firma.