El segundo vestido de novia de Tamara Falcó, al igual que el primero, despertó un gran interés y expectación en su boda con Íñigo Onieva. Como muchas novias, la marquesa de Griñón quiso un look más desenfadado para disfrutar todo lo posible junto a sus invitados de la gran fiesta que había organizado junto a su ya marido. Con la colaboración de Wes Gordon y su talentoso equipo, todos se pusieron en acción para crear no uno, sino dos diseños de ensueño. La premisa era clara: debían ser distintos entre sí y, además, tenían que ser confeccionados en un tiempo récord.
Sorprendentemente, la segunda pieza no siguió la tradición del color blanco. En lugar de eso, Gordon y Falcó optaron por un tono rosa suave, conocido como "rubor", que añadió un toque extra de romanticismo al conjunto. El vestido era ligero, con una estructura columna y estaba adornado con volantes en cascada cortados al bies.
El vestido presentaba un escote en forma de corazón, decorado con una elegante lazada, que resaltaba la figura de Falcó al ceñirse a su cintura con una delicada cinta. El equipo de maquillaje de Sisley París, marca de la cual es embajadora, se encargó de crear un maquillaje que complementaba perfectamente el aire romántico del conjunto.
Este segundo vestido es notablemente distinto al que llevó en la ceremonia, el cual, como se reveló hace unas semanas, está inspirado en el icónico vestido que diseñó Helen Rose para Grace Kelly en su boda con Raniero de Mónaco.
Este primer traje, que está compuesto por una silueta abrigo, resalta por su manga larga y su cola en cascada, todo confeccionado en un crepé de seda de tono marfil que realza los exquisitos bordados y la pedrería de cristal de la parte delantera. Estos elementos representan, como bien se refleja en su revista de cabecera, las hojas de madroño y flores de nardo que forman el escudo del marquesado de Griñón.
Desde que salió a la luz esta portada tan esperada, la cual es considerada un hito en la crónica social, han surgido muchas comparaciones entre el vestido de Tamara Falcó y el Pertegaz que lució la reina Letizia en su boda con el rey Felipe VI. Si analizamos ambos, las similitudes son evidentes. Además, no ayuda a distinguirlos el hecho de que la aristócrata también haya optado por llevar una tiara de diamantes para sujetar su velo, siendo esta una joya que le fue regalada a su abuela paterna.
¡No te lo pierdas!