Nadie quiso perderse la boda de Isabel Pantoja y Francisco Rivera y por eso las calles se llenaron de gente, tanto a la entrada como a la salida de la misa en la que la pareja se juró amor eterno. Nueve meses después de su gran día, nacía el único hijo en común de la pareja, Francisco.
Prometían que serían felices toda la vida, pero no contaban con el trágico destino que les esperaba. Solo siete meses después del nacimiento de su hijo, Paquirri perdía la vida tras una cogida en la plaza de toros de Pozoblanco. Una historia de amor con un trágico final que convertía a Isabel en la ‘viuda de España’ y que marcaba el comienzo de una guerra por la herencia de Paquirri que todavía sigue dando de qué hablar.
Fue el 30 de abril de 1843 cuando Isabel Pantoja se preparaba en su casa con la ayuda de su madre para después desplazarse hasta la iglesia sevillana de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y jurarle amor eterno al torero con el que había comenzado una relación después de que Paquirri decidiera separarse de Carmen Ordóñez, su primera mujer y madre de sus dos hijos mayores, Francisco y Cayetano.
La tonadillera escogió un vestido de raso, con escote barco y manga larga. Tenía una cola de siete metros que, debido a la aglomeración de gente que quiso acercarse a darles sus mejores deseos, se convirtió para ella en una trampa, pues llegaron a pisarle el vestido. A pesar de que Isabel ha asegurado que este fue el día más feliz de su vida, también sufrió un pequeño desmayo a su llegada al monasterio de los Jerónimos, donde se ofreció la cena y posterior fiesta.
Isabel sujetó su cabello con un semirrecogido que completó con una diadema de brillantes, a juego con el resto de joyas que lució ese día, un regalo de Paquirri por la pedida de mano.
Fue una celebración por todo lo alto, la novia llegó a la iglesia en una carroza tirada por cuatro caballos, donde la esperaban todos sus invitados, unas 1.200 personas, entre las que no faltaron los hijos mayores del diestro. En su momento, tal y como recoge la revista Hola, se estimó que el convite, que contó con 90 camareros para poder servir a todo el mundo, habría costado 4.200.000 pesetas de la época (que equivaldrían a unos 25.242 euros).
El menú que ofrecieron a los asistentes era muy variado y muy cuidado, con hojas de salmón del Bidasoa ahumado o centro de solomillo de añojo Sierra Norte, entre otros. También tuvieron una espectacular tarta nupcial, como no podía ser de otro modo, y una barra libre que les acompañó en la celebración, que se extendió hasta altas horas de la madrugada.
La muerte de Francisco fue un duro golpe para la intérprete de 'Marinero de luces', quien todavía recuerda su historia de amor con el torero y de vez en cuando le recuerda en sus redes sociales, sin olvidar el amor que un día compartieron.