En mayo, la familia García Obregón está de celebración porque Javier, sobrino de Ana, se casará con novia, Eugenia Gil Muñoz, con quien mantiene una relación desde hace siete años. Un momento que emociona a sus familiares y amigos, que estarán presentes en el evento, pero especialmente a sus padres, Javier y Paloma Lago, quienes se divorciaron en el año 2000.
Gracias a su profesión y también en parte a su vida privada, Ana Obregón es la más conocida del clan, pero algunos de sus hermanos también se han convertido en protagonistas de la crónica rosa en alguna ocasión. Así sucedió con Javier, el más pequeño de los hermanos y uno de los más reconocidos gracias a su matrimonio con Paloma.
Ana Obregón se ha acostumbrado con el tiempo a ser el centro de la noticia, ya sea por motivos positivos o por otros que no lo son tanto. Su profesión y su forma de ser han logrado que así sea, ella desprende una energía especial que hace imposible dejar de mirarla. A pesar de que esta fama ha hecho que buena parte de su familia pase a ser también conocida, sus hermanos siempre han intentado mantenerse en un segundo plano, en ocasiones con más éxito que otras. En el caso de Javier, lo ha logrado casi todo el tiempo, pero no siempre, y la boda de su hijo de nuevo le convierte (en parte) en protagonista.
Javier es tres años menor que su hermana Ana y también el más pequeño de los cuatro hijos que tuvieron Antonio García y Ana María Obregón. Estudió Económicas en la Universidad San Pablo CEU de Madrid y después realizó un máster en Administración de Empresas en la prestigiosa Universidad de Georgetown, la misma en la que estudió Felipe VI. En Washington estuvo tres años.
Su carrera profesional ha estado ligada al negocio familiar, igual que sucede con parte de sus hermanas (solo se han desvinculado Ana y Juancho, que tiene su propio estudio de arquitectura), sin embargo, ha sido su vida personal la que ha ayudado a que fuera un poco más reconocido, concretamente la relación que mantuvo con la modelo y presentadora Paloma Lago.
La pareja se casaba en octubre de 1990, tras siete meses de relación, una época en la que la fama de Paloma hacía imposible que su unión pasara desapercibida, incluso si el novio no hubiera sido Javier. En agosto de 1996 nacía su hijo, el único que tuvieron en común y al que llamaron como a su padre. La pareja se separaba una década después del enlace.
Esta experiencia no hizo que cerrara su corazón al amor y en el año 2003 se casaba de nuevo. Una ceremonia civil, íntima y familiar en el Ayuntamiento de San Agustín de Guadalix y en la que se juraba amor eterno con la interiorista María Thevenet. La pareja ha tenido dos hijos.