La boda de Alessandro Lequio y Antonia Dell'Atte pasó más desapercibida que su divorcio, que se fraguó ante las cámaras de televisión y el objetivo de los paparazzi con Ana Obregón como tercera en discordia. Lo de Alessandro y Antonia parecía un cuento de hadas o una película italiana al más puro estilo de Fellini, todo vale. Él era un aristócrata bien acomodado y ella una modelo de origen muy humilde, dispuestos a demostrar el poder del amor para superar todos los obstáculos de la vida. Pero, según Dell’Atte, el día de la boda Lequio ya la amenazó con pedir el divorcio.
Merece la pena recordar cómo se conocieron Alessandro Lequio y Antonia Dell'Atte porque es una historia que parece sacada de una película italiana. Estamos en junio de 1986, cuando Alessandro viaja a Portofino para conocer la nueva casa de su amiga Francesca. Allí se encontraba un amplio grupo de amigos de la anfitriona y Alessandro, recorriendo las estancias, abrió una puerta. Tras una cortina de vapor, dentro de una bañera, se encontraba la joven Antonia, que le miró fijamente antes de que Alessandro reaccionara y abandonara la estancia. Esta imagen no desapareció de la mente del conde italiano, que un año más tarde decidió invitarla a su fiesta de cumpleaños.
La supuesta fiesta era el 17 de junio. Para entonces, Antonia ya había saltado a la fama como modelo tras convertirse en la musa de Armani. Cuando llegó al restaurante donde iba a tener lugar la celebración, solo encontró a Alessandro acompañado de un amigo. Lequio se declaró allí mismo, confesando que no había podido dejar de pensar en ella en ese año. Ese día comenzó una relación que terminó en boda solo cuatro meses después, entre otras cosas porque Antonia estaba embarazada de su hijo Clemente.
El 12 de octubre de 1987, Alessandro Lequio y Antonia Dell'Atte se dieron el “sí, quiero” en el ayuntamiento de Milán. La novia lucía un vestido diseñado por Andrea Odicini, en color verde con rosas rojas. La madre del novio se negó a asistir, ya que no aprobaba la unión de su hijo con una joven de origen humilde. Sin embargo, cuando nació su nieto, no dudó en estar cerca y colaborar en todo lo posible.
La anécdota de la boda, según la novia, fue que cuando Alessandro quiso continuar la fiesta con sus amigos, ella le dijo que le esperaba en casa. Se sentía cansada por el embarazo y prefería retirarse. Él la amenazó con divorciarse, porque era su mujer y debía acompañarle. Pero Antonia, con el fuerte carácter que posee, se río y se fue a casa. La boda fue el principio y el fin de la relación entre ambos, como no tardamos mucho en comprobar.