Mágica, festiva y rodeada de naturaleza: así fue la boda campestre de Blanca Miró y Javier Fondevila

Blanca Miró y Javier Fondevila celebraron una boda en la que confluía el estilo bohemio y campestre, con un aire chic inherente a la famosa diseñadora. El 9 de julio de 2022 la pareja se daba el “sí, quiero” en Menorca, en medio de un ambiente casi mágico, festivo y rodeado de naturaleza. Un vestidazo de Dior, una castillo abandonado y música hasta el amanecer fueron algunos de los elementos de esta inolvidable boda que fue un auténtico derroche de glamour. 

Decoración artesanal y un carromato para los novios

Rosario Scrimieri, madre de la novia y decoradora de interiores, fue la encargada de decorar la iglesia donde se casaron la empresaria y diseñadora y el empresario y cofundador de la compañía Holded. Blanca Miró entró al templo del brazo de su madre, que había cubierto el camino al altar con alfombras de mimbre confeccionadas de manera artesanal. 

Para completar el ambiente, los novios se trasladaron en un carromato de madera cubierto de paja y tirado por un caballo. Tras la ceremonia, se desplazaron al lugar de la celebración en un coche descapotable vintage

El vestido de Dior

Uno de los elementos más destacados de la boda fue el vestido de la novia. Blanca Miró eligió para su gran día un diseño de alta costura de Maria Grazia Chiuri para Dior para cuya confección hicieron falta 650 horas de trabajo y más de 40 metros de tela. El vestido era de corte asimétrico, con infinitas capas de tul plisado y una capa de tul de seda en lugar del clásico velo. Unos espectaculares zapatos de Roger Vivier y unos pendientes largos de Montse Esteve hicieron el resto. 

Para la fiesta posterior a la ceremonia, Blanca cambió el vestido de novia por uno de corte mini de Paco Rabanne y una boina de ganchillo como complemento.

El banquete y un bosque de azúcar

La posterior celebración tuvo lugar en los preciosos jardines de la finca familiar en Torret, donde se dispusieron mesas decoradas con flores y velas para disfrutar de una deliciosa cena en la que no faltó el marisco. Uno de los detalles más especiales fue el “Bosque de azúcar”, formado por un camino de pequeñas mesas redondas cubiertas de apetecibles dulces sobre manteles antiguos. 

Tras la cena dio comienzo el baile, al que los recién casados llegaron vestidos con trajes y cascos de la NASA y ejercieron por momentos de Djs en una fiesta que duró hasta el amanecer.