Cuando hablas con María te das cuenta de que eso de que “artista se nace, no se hace”, en su caso no puede ser más cierto. Y es que, aunque no llega a los treinta años, ya ha realizado más de un millón de ilustraciones y ha conquistado a todo tipo de firmas de lujo, desde Louis Vuitton a Dior o Tommy Hilfiger, por citar algunas. Así precisamente nos conocimos, ella pintando en un evento de una conocida revista con un desparpajo único, metiéndose en el bolsillo ese día a más de 500 personas (incluida a la mismísima Isabel Preysler) y siendo capaz de materializar su esencia sobre el papel en menos de tres minutos.
“Decidí que pintar se iba a convertir en mi profesión cuando tenía ocho años. En lo práctico, hace unos dos años. La verdad es que todo lo que estoy viviendo ahora sé que es el fruto de perseguir un sueño con mucha determinación, pasión y esfuerzo. Desde que era pequeña sabía que quería “ser artista y vivir del arte”, y todo lo que he vivido desde entonces me ha traído a donde estoy hoy. ¡Y esto es solo la punta del iceberg!”, me explica entre risas mientras me pinta una vez más porque, según me cuenta, no puede evitar dejar volar su imaginación (y el lápiz) en todo momento.
Su carrera empezó a golpe de ‘echarle morro’ y coger un vuelo a Milán durante la Fashion Week para retratar a diestro y siniestro a los invitados de los desfiles. Incluso consiguió colarse en alguno de los desfiles como el de Hermès, que podría decirse que fue su ‘billete de entrada’ al mundo de la moda y el lujo.
Desde ese momento, María ha pintado para firmas como Dior o Vuitton, en sus eventos privados; e incluso también en los Latin Grammy que se celebraron en Sevilla y en donde plasmó sobre unos abanicos a los artistas ganadores. Pero eso no es todo, el sector nupcial tampoco se le resiste, como por ejemplo la boda de Marta Pombo. “En ese momento mis seguidores en Instagram subieron como la espuma, no me lo podía creer”. Hablamos con ella para conocer los entresijos de este mundo y esto es lo que ha compartido con nosotras.
¿Qué has estudiado? ¿A qué te dedicarías si no fueses ilustradora?
Estudié ADE y Relaciones internacionales en ICADE, nada que ver con lo que hago ahora. Mis padres querían que hiciese "una carrera de verdad". Aunque tuve mis años de lucha y rebeldía, ahora estoy agradecida por todo el camino recorrido. De la universidad me llevo muchos de mis mejores amigos, visión de negocio y diversión. ¡Y no sé qué haría si no fuese ilustradora! Me cuesta imaginarme haciendo algo diferente, pero sería algo creativo tipo dirección de arte, estilismo… también me pirra el arte culinario y la decoración de interiores.
¿Dónde encuentras la inspiración para el estilo de tus diseños?
¡En todas partes! Lo que más me llama son los colores, estampados, formas… todo aquello que me permite exprimir mi creatividad y ‘que me da juego’. Esto aplica a cualquier cosa: desde una obra de arte clásico, un paisaje, platos de comida, edificios históricos, decoraciones… En cuanto a moda, me gusta mucho la Alta Costura y todas las alfombras rojas. Mi favorita sin duda es la Met Gala.
¿Qué otros artistas te inspiran?
Siempre me ha fascinado la genialidad de Dalí, ese punto de locura en su arte, su visión de la vida y los sueños… Los colores de Van Gogh y la luz de Sorolla. Creo que estos tres artistas comparten una especie de ‘romantización’ o ‘idealización’ de la vida - cada uno a su manera - , que yo también vivo un poco. Como ilustradores, Jordi Labanda fue siempre mi gran referencia cuando era pequeña. Y unos de mis últimos descubrimientos y flechazos han sido Rianna Kounou, diseñadora de Rianna+Nina, y la interiorista Marie Caroline Willms, que ha hecho un trabajo impresionante en Marbella Club.
¿Cómo eres capaz de captar la esencia de una persona en apenas medio minuto y plasmarla con tanto arte?
¡Jajaja, gracias! Creo que es talento, pero sobre todo, mucha, mucha práctica. El talento se tiene, pero también se entrena, sin duda. Cuando la gente me pregunta “¿cuántos años tienes de experiencia?”, ¡yo siempre digo que toda la vida! He pintado muñecas sin parar, en el cole, en cenas con amigas, en clase en la universidad, incluso en bares saliendo de fiesta… ¡Seguro que he ilustrado más de 1 millón de muñecas!
Después de una boda o un evento, ¿terminas más cansada física o mentalmente?
Te diría que ambas y ninguna a la vez (ríe). Por una parte, físicamente, no tanto por el evento, sino por todo lo previo (seguro que me entiendes): preparar el evento, el viaje, el look, las fotos. Pero te diré que tengo un aguante físico increíble. Por otro lado, mentalmente. No es que acabe agotada, pero sí que necesito silencio. Me encanta compartir y crear con la gente, y entregarme a tope con cada persona que conozco, ¡y precisamente por eso ilustro en directo! Pero después de días frenéticos hablando y compartiendo con muchas personas, y poniendo el 100% necesito un día para mí de silencio, de estar en la naturaleza, no hacer nada… De hecho, ¡creo que estas tres cosas me gustan a partes iguales!
¿No te cansas de tener que hablar con todo el mundo para poder hacer una ilustración "como dios manda"?
¡No! (ríe) Me ‘requetencanta’ hablar con la gente, conocerlos y compartir mi arte Si no fuese así, no podría dedicarme a pintar en directo durante horas. Además, cada vez que ilustro, veo a la gente a mi alrededor emocionándose, disfrutando, diciéndome lo mucho que les gusta lo que hago, conociendo sus historias…así que es como tener animadores mientras trabajas, y eso hace que sea como una batería que se va recargando ella sola. Cuando ilustro en directo estoy ‘on fire’ y me impresiono cada día por lo que puedo vivir y por cómo sienten las personas cuando están conmigo.
¿Qué es lo que más te piden en las bodas?
Siempre me piden, y siempre propongo, pintar durante el cocktail. Es el mejor momento para que los invitados disfruten de la experiencia de ser ilustrados en directo: los invitados están emocionados después de la ceremonia, es momento de reencuentros, de hablar con muchas personas… parece como que arranca la emoción del día. Y ser parte de ese arranque mola mucho. Mi momento favorito es cuando alguna invitada se me acerca, alucina y acto seguido dice con muchos gestos: “tía, tía, tía, ¡ven a ver esto! ¡Tenemos que hacernos una!” o cuando dicen “¡la vamos a enmarcar!”.
¿Cuál ha sido la boda más rara o extravagante en la que has pintado? ¿Y la que más te ha gustado?
La verdad es que no he hecho ninguna boda rara o extravagante. Como solo hago entre 10 y 15 bodas al año, para mí, lo fundamental es conectar con los novios, sentir que valoran mi arte, y que ellos sientan que pueden confiar en mí para un día tan importante. Huyo de lo extravagante y solo hago bodas en las que sé que los novios tienen una sensibilidad especial para cuidar a sus invitados. Decirte la boda que más me ha gustado es difícil, porque de cada una me llevo algo: la emoción de los invitados al ser ilustrados, looks súper divertidos, ver como se miran los recién casados, conocer a músicos muy guays y pintar al ritmo de su música…Cada boda es el reflejo de los novios ¡y yo tengo los mejores novios del mundo!
Estás súper solicitada en muchos eventos de firmas de lujo, ¿los prefieres con respecto a las bodas?
Sí, como ilustradora de moda, donde más vibro es conociendo las colecciones y dando vida a esas prendas de moda. Las bodas me permiten vivir momentos muy bonitos, y son súper agradecidas, porque es un día en el que todo el mundo está feliz y disfrutando. Y tengo mucha suerte de que las parejas confíen en mí para formar parte de un recuerdo de sus vidas para siempre. Pero a nivel creativo, disfruto más con la moda.
¿Qué consejo le darías a una pareja que se casa y que quiere que pintes en su boda?
¡Que confíen en mí! Al final conozco mis capacidades y tengo mucha experiencia pintando en directo en bodas, así que les diría, primero, que me digan todo lo que les gustaría crear para la boda de sus sueños. Y segundo, que confíen en mí, en que, con todo lo que me han contado, voy a ponerlo todo para hacerlo realidad y que, además, se cómo hacerlo para conseguirlo y para que todos salgamos felices y creando el máximo valor.
¿Cómo te ves en diez años?
¡Disfrutando de la vida incluso más que ahora! No tengo ni idea, y la verdad es que nunca me he hecho esa pregunta. Mi objetivo cada día es aprender a vivir y disfrutar del momento presente, sea cual sea la situación. Sé que quiero una vida rodeada de las personas que quiero, una vida llena de arte y creatividad, de personas bonitas e inspiradoras, de personas locas que quieran crear sin límites, de crecimiento, de naturaleza, de divertirme, de viajes y de espacios de silencio. ¡Soy una disfrutona de la vida!