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Marta Luisa de Noruega, hija mayor de los reyes Harald y Sonia de Noruega, y el chamán Durek Verret se han dado el sí quiero en una ceremonia que se ha celebrado en el fiordo Geiranger con la asistencia de los reyes de Noruega, el príncipe heredero Haakon y su esposa Mette-Marit y los hijos de ambos, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, vestidos con el traje regional.
Tampoco han faltado entre los invitados miembros de otras familias reales que ya habían confirmado su asistencia, entre otros, Victoria de Suecia junto a su marido, Daniel, ella con un elegante vestido de escote asimétrico decorado con una flor en el hombro, y Carlos Felipe junto a su mujer, Sofía, que lucía un dos piezas tie-dye en blanco y naranja.
Las tres hijas de Marta Luisa, Maud Angelica, Emma Tallulah y Leah Isadora, han querido apoyar a su madre en este día tan importante. Para la cita, cada una ha optado por un patrón de vestido muy diferente, aunque las tres han conjuntado sus looks con vestidos de satén en un tono rosa empolvado algo más pálido que el de las damas de honor, portando un adorno de flores en la muñeca.
Los seis años noviazgo -se conocieron gracias a una amiga común y empezaron su relación como amigos a distancia y a través de cartas- no han estado exentos de polémica, entre otras por la profesión de chamán del novio que, además, dice descender de un faraón y de una familia de chamanes, aunque ellos lo han desmentido, así como por sus controvertidas declaraciones sobre la medicina, la sexualidad o la educación, más allá del racismo que ambos dicen experimentar desde que están juntos.
La pareja ha querido blindar la exclusiva escondiéndose tras una sábana para evitar ser fotografiados por cualquier otro medio, pero, a pesar de todas las precauciones que se han tomado, se ha filtrado el secreto mejor guardado de la boda: el traje de la novia.
Aunque no es posible adivinar en su totalidad el diseño elegido por Marta Luisa de Noruega, se puede apreciar en las fotografías que la ex-princesa ha elegido un modelo sin mangas de escote en V bordado con flores y encaje. Además, ha optado por un semirrecogido tocado con una tiara, probablemente de la familia, de la que parte un tradicional velo de tul.