Posiblemente de la boda de Antonio Banderas y Melanie Griffith lo que más destaquemos a día de hoy fue que consiguió cumplir un deseo colectivo con el que apenas nos atrevíamos a soñar: la unión de uno de nuestros actores más queridos con una verdadera estrella de Hollywood. Durante los años que estuvieron casados, pudimos disfrutar de una espectacular y americanísima Melanie paseando por las playas y las calles de Andalucía, o celebrando la Semana Santa en Málaga mientras un ferviente Antonio ejercía de costalero. Sin duda son una de nuestras parejas vip preferidas, incluso tras su separación en 2014.
En 1995, Fernando Trueba se estrenaba como director en Hollywood tras haber ganado el Oscar con “Belle Époque” y Antonio Banderas se iba con él para protagonizar la cinta. En el reparto también se encontraba Melanie Griffith, y las chispas que saltaron entre ambos actores hicieron que “Two Much” siga siendo recordada como “la película en la que se enamoraron Antonio y Melanie”.
La situación o era sencilla, ya que Antonio estaba casado por aquellos entonces con la actriz Ana Leza, y Melanie estaba en una relación de idas y venidas con Don Johnson, con quien estuvo casada en dos ocasiones. Todo parecía demasiado complicado para que fuera más de un romance pasajero, pero ambos decidieron dar un paso hacia adelante y pusieron fin a sus anteriores relaciones (y a las habladurías). Poco después, Antonio y Melanie se movían con total naturalidad por Málaga, como si no les importara el acoso de la prensa que seguía cada uno de sus movimientos.
Elegir Londres como el lugar idóneo para casarse no era lo esperable. Nos habría encantado ver una boda en la catedral de Málaga o en un gran resort de Los Ángeles, pero Antonio y Melanie decidieron darse el “sí, quiero” en la capital inglesa el 14 de mayo de 1996. Los motivos quedaron claros tras el enlace: del mismo modo que ninguno de los dos actores ocultaba su relación ante los medios, ambos querían una boda íntima y discreta. Realmente lo consiguieron y ningún fotógrafo de la prensa pudo obtener una imagen de los recién casados.
Los novios estuvieron acompañados por solo 12 personas y abandonaron la iglesia en taxi para escapar de los paparazzi. Y lo consiguieron, pero en el camino se dejaron una anécdota que Melanie recordaría más adelante: “Fue sorprendente cómo salimos de la iglesia. Nos metimos en un taxi y nos escapamos de los paparazzi, entramos a escondidas en un hotel, salimos por la puerta de atrás y nos metimos en otro taxi, pero al ir a pagar vimos que no teníamos dinero. Fue como una comedia de errores, pero muy divertida”.
El divorcio llegaría tras 18 años de matrimonio y una hija en común, Stella del Carmen. Supimos que la reconciliación no era posible cuando Melanie eliminó su tatuaje del brazo, un “Antonio” que había lucido orgullosa durante casi dos décadas de su vida. Con todo, ambos mantienen una excelente relación a día de hoy, algo de lo que nos alegramos enormemente.