Así son Luis Alfonso y María Jesús, los padres de Irene Villa: dos figuras fundamentales en su vida

Irene Villa se casa, lo hace por segunda vez y convencida de que David Serrato es el hombre con el que compartirá el resto de su vida. Será un día especial para ella por muchos motivos, una boda siempre es motivo de felicidad, pero además podrá contar con las personas que más quiere a su lado

Este está siendo un año especial para Irene, pero no empezó de la mejor de las maneras, pues los problemas de salud de su padre se convirtieron en una gran preocupación para todos. Luis Alfonso ingresaba en el Hospital Gómez Ulla de Madrid el 22 de diciembre, comenzando el año en el hospital, recuperándose lentamente de una pancreatitis biliar aguda. 

Irene siempre tuvo claro que esta enfermedad solo era algo que su padre tenía que superar, al fin y al cabo el optimismo es uno de sus rasgos más distintivos. "Dicen que ha tenido mucha suerte, no se puede quejar y hay que tener mucha paciencia. Una pancreatitis se cura, pero tarda meses", explicaba para Europa Press antes de que su padre recibiera el alta. 

Luis Alfonso estuvo ingresado en el mismo Hospital en el que años atrás le salvaron la vida a la propia Irene, tras el atentado que sufrió junto a su madre. “Significa muchísimo para toda mi familia. Yo estuve siete meses allí y me cuidaron hace 32 años”, recordaba ante las cámaras. “El otro día un médico que estaba salvando a mi padre, también había estado salvándome a mí".

Luis Alfonso y María Jesús, los padres de Irene Villa

Para Irene, sus padres son figuras fundamentales en su vida. El cariño y el amor que siente por su padre se transmite a través de sus palabras cada vez que habla de él, pero no es menos el que siente por su madre, que se convirtió en su ejemplo y guía. Junto a ella viajaba en el momento del atentado que cambiaría la vida de ambas. 

Nacida en Madrid, Irene es hija de Luis Alfonso, quien en ese momento trabajaba como taxista, y María Jesús, que trabajaba como funcionaria en la comisaría de policía de Los Cármenes, tramitando DNI. La pareja se había separado cuando Irene tenía unos siete u ocho años y tanto ella como su hermana Virginia vivían con su madre. María Jesús era la encargada de llevar a su hija al colegio antes de ir a trabajar cuando pasó todo. 

Irene perdió las dos piernas y varios dedos de la mano izquierda y casi pierde la vida; su madre perdió un brazo y una pierna y con actitud ante esto marcó la vida de su hija, inculcándole la manera con la que comenzó a ver la vida, con optimismo, fuerza y ganas de superarse para disfrutar al máximo de la vida. 

Ahora Irene encara una nueva etapa de su vida, da un paso importante junto a quienes más la quieren y más la cuidan, sabiendo que todo va a ir bien y, de no ser así, siempre estarán a su lado para acompañarla.