Son una de las parejas más queridas del panorama social nacional y ahora han desvelado el importante paso que han dado durante su último viaje por Estados Unidos. Joaquín Sánchez y Susana Saborido contrajeron matrimonio en 2005 en una caótica y multitudinaria boda en que no conocían a la mitad de la gente que estaba en la iglesia y de la que el novio tuvo que salir escoltado por la policía. El Puerto de Santa María, pueblo natal del futbolista, se volcó con ellos, pero tanto amor les dejó un sentimiento agridulce a la pareja del que debía haber sido uno de los días más felices de su vida.
Lo vivido aquel día les dejó sin ganas de repetir. Durante años ambos han tenido claro que no repetirían la experiencia, pero parece que el último viaje familiar les ha hecho cambiar de opinión al respecto. Acompañados de dos hijas, Daniela, que el pasado mes de septiembre cumplió 18 años, y Salma, de 14, la pareja ha decidido volver a darse el 'sí, quiero'. Eso sí, poco ha tenido que ver este segundo enlace con el que se vivió en Cádiz hace ya dos décadas.
No imaginaron volver a pasar por el altar, pero como muchas otras parejas Joaquín y Susana han sucumbido al encanto de Las Vegas. Como ya hicieran en el pasado Alaska y Mario o Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo, la ciudad de los neones ha sido el lugar elegido por el matrimonio para esta segunda boda.
Nunca se imaginaron jurándose amor eterno y renovando sus votos en una pequeña capilla de esta ciudad y con el rey del rock a su lado. De hecho, Susana pensaba que no iba a pasar de una divertida anécdota. Pero nada más lejos de la realidad. "Creía que iba a ser como de cachondeo, pero fue tan bonito que terminamos llorando los cuatro", ha dicho en una entrevista concedida a la revista Pronto.
Los sentimientos estaban a flor de piel y ese enlace se ha convertido sin duda en un recuerdo muy especial para todos ellos. "Me harté de llorar. Cuando ves entrar a tu mujer tan guapa, vestida de blanco, y tú estás allí con Elvis Presley tocándote la guitarra... Fue maravilloso", ha relatado el exfutbolista en la citada entrevista.
Año y medio después de su retirada del fútbol, la vida de Joaquín y su familia ha cambiado mucho. El deportista sigue ligado laboralmente al club de sus amores, el Betis, pero ahora dispone de mucho más tiempo para desarrollar otras facetas como la televisiva. Además, ha encontrado una nueva pasión: la cocina. "Se me ha hecho un cocinero estupendo", ha comentado su mujer en una entrevista que han concedido a Lecturas en la que Joaquín ha señalado que está feliz.
Con esta nueva vida, Joaquín está disfrutando más de su familia y puede disfrutar más de su familia, lo que le ha permitido fortalecer el vínculo con sus hijas. "Se han abierto un poquito más a mí. Hay veces que por circunstancias no tienes esas charlas con los niños, no pasas tiempo, y pierdes esa confianza. He ganado eso. He ganado un poquito más su confianza", ha comentado sobre la relación de sus hijas, que sin duda ahora tendrán un recuerdo imborrable de ese segundo enlace de sus padres del que ellas han sido testigos de excepción.
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