Cómo gestionar el estrés antes de tu boda: 5 consejos prácticos

Es inevitable sentir presión ante la celebración de la propia boda. Lo más seguro es que convivas con tu pareja desde antes del compromiso, así que no habrá nervios por descubrir cómo será el día a día tras el "sí, quiero". Así que toda la inquietud se centra en lograr que el enlace y la celebración posterior sea perfecta y se cumpla paso por paso lo que has planificado. Para que llegues a tu gran día lo más relajada posible y puedas disfrutarlo como te mereces, toma nota de estos consejos para gestionar el estrés antes de la boda. 

La boda que quieres (y puedes tener)

El primer paso para llegar al día de tu boda sin estrés está en los preparativos de la misma. Sé fiel a tu idea de boda y organiza una que se adapte a lo que quieres y, muy importante, a tu presupuesto. Con estos dos factores en sintonía, el emocional y el económico, es más fácil que llegues sin estrés a dar el “sí, quiero”. 

Pide ayuda

A menos que seas experta en organización de eventos, vas a necesitar ayuda para organizar tu boda, bien de una wedding planner, bien de una persona de tu confianza. Incluso en una boda pequeña, son muchos los detalles que hay que tener en cuenta, y si te haces cargo de todo es inevitable que te sientas sobrepasada.

Cuidado con los consejos

Una cosa es pedir ayuda y otra muy diferente es que todo el mundo opine sobre los preparativos de tu boda. Esto no quiere decir que no escuches los consejos de otros, porque pueden serte muy útiles, pero debes ser asertiva y hacer las cosas a tu manera. Es tu boda, no lo olvides. 

Cuida tu vida social

A medida que se acerque el gran día, los nervios irán en aumento. Para que la boda no sea lo único que ocupe tu cabeza, procura distraerte quedando con amigos y haciendo actividades que no tengan nada que ver con los preparativos. Te ayudará a desconectar y a estar más relajada. 

No esperes que todo sea perfecto

Sabemos que no es lo que quieres oír pero, al mismo tiempo, es lo que necesitas saber. Lo normal es que haya cosas que fallen, por muy bien que las hayas planificado, y si lo tienes claro serás capaz de solventar cualquier imprevisto. Piensa en disfrutar y en la gente que os acompaña para celebrar con vosotros ese día tan importante. A ellos no les va a importar que haya sorpresas de última hora. Es más, seguramente ni lo noten si tú no le das más importancia.

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