Desde que finalizó su relación con la modelo María José Suárez, Álvaro Muñoz Escassi vuelve a ser un hombre soltero. Esta última ruptura ha estado envuelta en escándalos e informaciones que los protagonistas han ido proporcionando con cuentagotas, pero uno de los motivos del final del romance que ambos han confirmado han sido las infidelidades del jinete.
Esto no es nuevo, de hecho es algo que han destacado varias de sus exparejas. Con algunas de ellas ha conseguido mantener un trato cordial, e incluso amistoso, como sucede con Lara Dibildos, madre de su hijo pequeño, quien siempre ha defendido a Álvaro como amigo a pesar de que como pareja no le mostrara su mejor versión. En otras ocasiones, el final de su relación ha sido más abrupto, como sucedió con Raquel Bernal, con quien llegó a casarse.
El matrimonio duró unos cinco meses y acabó con la pareja tomando caminos separados. Se especuló mucho en su día que el motivo de esta relación podría haber sido económico (por lo breve del matrimonio), pues Raquel poseía una fortuna millonaria, pero ella misma desvelaba que nada más lejos de la realidad.
Ella aclaró este punto en Espejo público, donde definió a quien había sido su marido como “desinteresado” en lo económico. “Álvaro se portó conmigo como un príncipe. Él no hizo nada, es un caballero. Es una persona respetuosa, que me protegió en la parte económica. ¿Qué después nos separamos por tener vidas diferentes...? Eso es otra cosa”. Al parecer, el jinete solo pidió quedarse con un Rolex de oro y unos gemelos, ambos regalos de su entonces esposa.
Aunque finalmente no fuera amor para toda la vida, la boda de Álvaro y Raquel fue todo un acontecimiento, en el que ambos pusieron muchas ilusiones porque fue una celebración por todo lo alto. La boda la celebraron en la casa que Raquel Bernal tiene en Punta Cana, el 28 de diciembre de 2016, y se pudieron ver las imágenes de la misma gracias a una exclusiva concedida a una conocida revista del corazón.
En las imágenes que protagonizaban la portada de Hola ya quedaba claro que no era una boda al uso. Todos los invitados acudieron de blanco, mientras que la novia optó por un vestido de color azul claro de Zuhair Murad. También acudieron todos sin saber que en realidad acudía a una boda, algo que descubrieron en el momento.
Fue un enlace organizado como sorpresa para sus 80 invitados, entre los que no faltaron los hijos de Álvaro, su gran amiga Lara Dibildos o el jinete Luis Astolfi. Contaron con dos padrinos, algo que explicaba Álvaro en la entrevista concedida al medio: “Tenían que ser dominicanos y, por parte de mi mujer, fue un amigo íntimo, Leopoldo Castillo, y, por mi parte, la persona más buena de Dominicana y parte del mundo, Rafael Contreras”.
Para comer, ofrecieron un original banquete con opciones de varios lugares, incluso con ibéricos españoles, para el baile, en lugar del tradicional vals, optaron por merengue, bachata y salsa, con música en directo y actuaciones de artistas locales.
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