Genoveva Casanova llegó desde su México natal a Sevilla gracias a una beca de intercambio de estudios. Fue a principios de los 2000 cuando conoció a Cayetano Martínez de Irujo, uno de los hijos de la duquesa de Alba. Unos años más tarde, en 2005, decidieron darse el ‘sí, quiero’ en una impresionante boda en el Palacio de Dueñas durante le mes de octubre. De esta manera, Genoveva se convirtió en Condesa de Salvatierra.
Lo cierto es que la idea de la pareja era celebrar un enlace íntimo pero, como era de prever, se convirtió en uno de los eventos más importantes de la capital hispalense. Para ese día tan especial, Cayetano se engalanó con su traje de maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, que también lució durante la boda de su hermana, Eugenia Martínez de Irujo, que había contraído matrimonio unos años antes.
Genoveva y Cayetano se habían conocido en Jerez de la Frontera y el 25 de julio de 2001 fueron padres de dos mellizos: Luis y Amina. Fueron los pequeños quienes ayudaron a sus padres en el momento más especial de sus vidas, teniendo un papel muy importante en la boda. Juntos a ellos también estuvo Cayetana, la hija de Eugenia y Fran Rivera, y los padrinos del enlace, la Duquesa de Alba, y el padre de Genoveva, Larry.
La boda religiosa se celebró en la capilla del Palacio de Dueñas a las seis y media de la tarde. La más puntual fue Eugenia Martínez de Irujo y eso que muchas informaciones afirmaban que la hermana de Cayetano no iba a acudir. Además, Genoveva fletó un avión desde México a Sevilla para que pudieran llegar todos los invitados.
Debido a la procedencia de la novia se sustituyeron el coro rociero por unos mariachis. Estos cantaron en el patio del palacio, que la duquesa había mandado cubrir para que no hubiera ninguna mirada indiscreta. También, Cayetana Fitz-James Stuart les regaló a los novios, como regalo de bodas, una bonita casa en Somosaguas.
A pesar de que todo parecía que iba como la seda, el matrimonio acabó divorciándose en 2008. Aún así, Genoveva todavía sigue recordando a la duquesa de Alba con mucho cariño. Ella se convirtió en su nuera favorita y guardaban una muy buena relación. La razón del divorcio no fue otra que la diferencia de caracteres. “Discutíamos por todo. Hasta que me di cuenta de que éramos dos personas con caracteres fuertes. Ni opuestos ni parecidos, sencillamente fuertes”, comentó la mexicana en una entrevista. Además, calificó el divorcio como 'traumático”.
A pesar de todo, en los primeros años, la relación entre Cayetano y Genoveva fue de lo más cordial, buscando el bienestar de sus hijos. Aunque eso sí, con la muerte de Cayetana, el conde de Salvatierra le pidió a su exmujer que reconsiderara el convenio de divorcio, ya que él se había marchado del Palacio de Liria y quería dejar de costear la vivienda familiar en el centro de Madrid. Aún así, parece ser que pudieron resolver esta complicación.
Tras divorciarse de Cayetano, la joven mantuvo algunas relaciones de lo más sonadas. Así, estuvo saliendo con el exministro de Justicia y abogado, José María Michavila. Luego, llegó a su vida Gonzalo Vargas Llosa, hijo del escritor, y con quien estuvo desde 2010 a 2011, terminando por la distancia que había entre ambos.