Cuando se planea una boda y se piensa en los detalles, entre ellos hay que contemplar cómo se llegará a la boda. Aunque lo cierto es que pocas vueltas se le da a este tema, solo qué coche podrá llevarse como coche de boda. Y con eso nos referimos a marcas y modelos. Siempre se busca a ese familiar o amigo que tiene un modelo antiguo de coleccionista o a ese que tiene lo que se conoce por cochazo. Pero hay vida más allá de estos vehículos de cuatro ruedas. En concreto, una de las opciones son los coches de caballos.
Sí, has leído bien. Nos referimos a esas calesas que pasean por Central Park o por la Plaza de España de Sevilla. Sí, a esos coches de caballos para bodas, es decir, auténticos carruajes, que todavía se ven en algunas bodas reales de las princesas de Europa. En definitiva, tenemos la oportunidad de sentirnos una de ellas, así que ¿por qué no?
Sin duda, no puede haber una forma mejor de aportar una nota más de originalidad si buscamos tener una boda fuera de lo común. Además, por descontado, será de lo más divertido de la boda, y no solo para vosotros, los novios, que seréis los que disfrutaréis del paseo, sino también para los invitados porque será una atracción digna de espectáculo.
Pero estos no son los únicos motivos para apostar por los coches de caballos como coches de boda. Si todavía no te hemos convencido, sigue leyendo porque vas a querer cambiar tu limusina por uno de ellos.
Los coches de caballos para bodas son uno de esos elementos nupciales que generan debate. Y es que no son para todos. Son una opción atrevida donde las haya porque son coches demasiado llamativos que es imposible que pasen desapercibidos y para muchos se hacen extravagantes y demasiado pomposos.
Pero también está la otra cara de la moneda. Al haber sido una opción elegida por las familias más aristócratas del panorama, los coches de caballos son signo de clase y distinción y aportan un toque de elegancia a la boda desde el momento de la llegada de los novios al enlace.
Si en algo consisten las bodas es en llenarse de detalles especiales. Es decir, si hay una ocasión para incluir detalles, es esta. Además, cuanto más especiales y distintos sean detalles, mejor, porque harán que la boda sea más única y se diferencie de las demás. Y qué cosa hay más diferente que llegar en el interior de un carruaje de la talla de coche de caballos. Porque, reconozcámoslo, no es habitual. De hecho, no hay forma más original de hacer tu aparición estelar en la boda.
Aprovechad que habéis contratado los servicios de un coche de caballos y no os limitéis solos en ir directos a la iglesia o al sitio de la celebración de la ceremonia desde vuestro punto de partida o, al menos, no lo hagáis a la vuelta cuando hay más tiempo hasta la recepción, pues es inevitable que los invitados hablen y se entretengan. Además, no llegarán todos a la vez si hay que desplazarse.
En lugar de atajar, la opción es pasar por las calles más bonitas y emblemáticas de la ciudad, si decidís hacer la boda en una de ellas. Este será un paseo que recordaréis para siempre, recién casados. Eso sí, prepararos para ser el centro de todas las miradas.
Los coches de caballos pueden parecernos excesivos o un detalle para la boda de lo más original, pero lo que es innegable es que te sentirás como una princesa de cuento. O bueno, una princesa a secas, porque, como avanzábamos, los aristócratas, desde hace siglos llegan a las ceremonias en estos carruajes de caballos, en los que antes llegaban a todas partes. Es decir, las bodas son ahora una forma de mantener esta tradición.
Por su parte, apostar por un coche de caballos para llegar a la boda, salir de la ceremonia y acudir a la recepción puede ser un detalle más que justificado para una boda. Y es que, una recomendación es apostar por un coche de caballos para la boda si va acorde con la decoración o temática de esta. Es decir, para incorporar este elemento en la boda, lo mejor es apostar por una ceremonia clásica, ya sea por lo civil o por la iglesia, y después hacer la recepción y banquete en un lugar también clásico y de aspecto elegante y más bien rococó.
A la hora de optar por un coche de caballos u otro, hay dos opciones: la calesa abierta como en las que Carrie subía en Central Park con Mr. Big y Nicholas Petrovski o como un carruaje, típica de las princesas especialmente británicas, que es cerrado. Para gustos, colores, pero lo mejor será elegir en función del tiempo que vaya a hacer ese día.
Actualmente, existen diferentes empresas de coches de caballos que prestan este servicio también para bodas. De hecho, hay empresas que son de coches de caballos para bodas específicamente. Se deberá contratar con ellos los servicios Normalmente, además del coche, en los servicios de transporte también vienen incluidos un cochero y un lacayo. Estos coches de caballos para bodas suelen cobrar por evento al completo, no por horas.