Una de los principales motivos para celebrar una boda es compartir ese gran día con todas las personas que son importantes para vosotros. Hacer la lista de invitados es una de las primeras cosas que hay que decidir, aunque no se cierre de manera definitiva hasta el último momento. Y a menos que se trate de una boda íntima, esta tarea puede resultar complicada para la pareja de novios. Por eso queremos ayudarte con una serie de consejos para hacer la lista de invitados sin que sobre ni falte nadie.
No estamos hablando de que todas las personas de esta lista asistan finalmente a vuestra boda. Pero no hay mejor momento que este para, sin restricciones de ningún tipo, permitiros apuntar a todas las personas que podría gustaros tener junto a vosotros ese día. De esta forma podéis ver de qué tipo de boda estáis hablando.
Luego habrá que tener en cuenta otros factores para llegar al número definitivo, pero ya os haréis una idea de si buscáis una boda íntima, multitudinaria o una con un término intermedio. Además, os servirá de guía para saber qué tipo de lugar debéis buscar para que no se os quede pequeño, ni sea demasiado amplio si son pocos invitados. Es el momento de apuntar sin miedo, que poco después, posiblemente, llegará la hora de hacer los recortes.
Puede que os guste pensar en una boda de 200 invitados, pero es posible que sea una cifra que no se corresponda con el presupuesto que podéis manejar. De hecho, si te gustaría tener una boda por todo lo alto y puedes permitírtelo, la lista de invitados sea una de tus preocupaciones menores. Pero si no es así, antes de continuar has de saber cuánto dinero puedes gastar, y a partir de ahí, con un presupuesto medio por invitado, calcular un número bastante fiable de personas que podrían asistir al enlace. En ese presupuesto medio por invitado debes calcular, por ejemplo, el precio del menú, si va a haber aperitivo previo, la barra libre o el regalo que darás como recuerdo.
El momento de eliminar invitados de la lista, si os habéis pasado en la primera, puede resultar complicado. Tomadlo como algo divertido para que no se convierta en una carga, sino en un preparativo más que abordar con toda la ilusión. Para conseguirlo es de gran ayuda hacer grupos y meter en ellos a vuestros posibles invitados.
Comenzad por lo fácil, como un grupo con la familia cercana y otro con los familiares menos allegados. De ahí pasad a vuestro grupo de amigos incuestionable, esos que son casi familia. Seguid por categorías como compañeros de trabajo o amigos de infancia y juventud que sean importantes para vosotros a día de hoy.
Después centraos en cada grupo, de manera aislada, para ver a qué invitados no conviene separar, o cuando dejar a uno fuera sería peor que añadirlo a la lista. En principio, el compromiso no debería ser una pauta para elaborar la lista de invitados. Pero, siendo sinceros, es conveniente saber a quién hay que invitar sí o sí, tanto por no quedar mal hasta un punto que tenga consecuencias posteriores, como por no hacerle a un feo a ese amigo que ve cómo el resto de personas del grupo está invitada y él no.
Hay que tener muy claro si en vuestra boda queréis o no que haya niños. Sois libres de tomar esta decisión, pero no hay que pasarla por alto, porque es necesario tener en cuenta el número de hijos que tienen vuestros invitados, y confirmar con ellos cuanto antes si van a a querer que asistan o no a la celebración.
Luego habrá que tener en cuenta a vuestros invitados sin pareja conocida, pero que queréis que tengan la opción de ir acompañados si así lo desean. Para que no haya necesidad de concretarlo con mucha antelación, pero que esta persona sepa que dispone de la opción de ir con alguien, basta con que en la invitación añadas el +1.
Es el momento de hacer la lista definitiva. Ya sabéis a cuánta gente os podéis permitir invitar y tenéis una panorámica por grupos que os va a ayudar a decidir. Empezad por aquellas personas que no pueden faltar, como vuestra familia cercana o los amigos más íntimos. A partir de ahí id añadiendo invitados por orden de preferencia, teniendo en cuenta la opción del acompañante, si pertenecen a un grupo “indivisible” o si tienen hijos.
Si la lista resultante se ajusta al número con el que contabas es el momento de mandar las invitaciones. Lo ideal es que pidas que te confirmen lo antes posible la asistencia, para que, en el caso de haber bajas, puedas llenar los huecos con la lista de suplentes.