Fue el 18 de marzo de 1995, el día elegido por la infanta Elena, la primera hija de Don Juan Carlos y la reina Sofía para pasar por el altar. La joven ya llevaba varios años de relación con Jaime de Marichalar, un apuesto hombre muy vinculado al mundo de la moda. Los novios hicieron una lista de invitados bastante extensa y reunieron a más de 1.500 invitados en la Catedral de Sevilla. Además, la boda se retransmitió por televisión y se produjo un despliegue, sin precedentes, ya que se trataba de la primera boda Royal en España desde el reinado de Alfonso XIII.
Elena siempre se ha caracterizado por un estilo clásico a la hora de vestir y en su boda no fue menos. Para su enlace, la infanta Elena se decantó por un diseño firmado por el sevillano Petro Valverde. El vestido tenía corte de princesa con escote cuadrado, manga al codo y estaba decorado con unos bordes en hilo de seda. Además, completó el look con un velo de tul de, al menos, cuatro metros.
La hija de los reyes eméritos eligió un look siendo fiel a su estilo y, sobre todo, de lo que se esperaba de una novia clásica. Tras su boda, Elena se convirtió en la mejor embajadora de todos los diseños ‘made in Spain’, eligiendo a diseñadores españoles, pero también apostando por símbolos de nuestro país como piezas de moda.
Elena siempre que ha podido ha lucido algún vestido de su diseñador de cabecera, Lorenzo Caprile. Uno de sus looks más icónicos fue aquel que eligió con tejido a lo capote y con una torera de inspiración goyesca en la boda de Victoria de Suecia hace más de diez años.
Elena suele decantarse por prendas sencillas, aunque en tendencia, dando protagonismo a los accesorios, como los pendientes XL, los sombreros, los broches, los fulares, pañuelos y maxibolsos. También, este gusto por la moda lo ha heredado su hija, Victoria Federica, quien no suele fallar con sus prendas básicas y sus looks en tendencia.