Cuando allá por noviembre de 2003 se nos presentó a Letizia Ortiz, la de la tele, como futura reina de España, tanto ella como el por entonces príncipe de Asturias hablaron de la suya como "una decisión madura fruto de conversaciones muy intensas". Casarse con Felipe de Borbón no era baladí. Pero en aquel momento, con todo su entorno (y España entera) pensando 'en menuda se ha metido', esa periodista convertida en princesa optó por confiar en "el peso y la solidez del amor" que se tenían el uno por el otro.
Su compromiso era con Felipe. Pero también con la institución que llevaba a sus espaldas y que antes o después iba a heredar. De ahí que "el proyecto en común" que iniciaron hace veinte años fuese mucho más allá del habitual 'formar una familia'.
Por ahora, su relación parece mantenerse sólida. Pero, ¿y si no hubiese sido así? ¿qué pasaría con Letizia si en esa monarquía abierta que nos prometió Felipe al iniciar su reinado se produjese un divorcio? Carmen Duerto, experta en casa real y autora de 'Letizia, una mujer real', nos despeja todas las dudas en el vídeo que abre esta noticia.
El protocolo que se abriría en casa real de haber una grieta en el matrimonio está definido desde antes de formalizarse. "Unas clausulas muy concretas" en las que se prevén "todo tipo de escenarios". Desde la posibilidad de regresar al periodismo que abandonó en el momento en que anunció su compromiso hasta el papel que jugaría fuera de la corona (y que implicaría una serie de dotaciones que nos detalla Duerto en la apertura).
Crisis ha habido. Varias, de hecho. Y algunas han llegado a filtrarse. En este segundo vídeo, la periodista nos narra en primera persona cómo ha sido testigo de más de un rifirrafe entre Letizia y Felipe. "Han tenido sus problemas de pareja, y algunos se notaban", nos confiesa, detallando una a una las tensiones que se han palpado durante sus convulsos veranos en Palma de Mallorca. De momento, ninguno ha llegado hasta el punto de romper su relación.