Bendita vuelta a la vieja normalidad. Y benditos corrillos. Esos que, después de un par de años en los que las distancias estaban prohibidas por la covid-19 (y por el estricto protocolo de Zarzuela), nos han permitido conocer de boca de la reina Letizia el problema de salud crónico que le acaban de diagnosticar. Tal y como han contado los periodistas que acudieron este 12 de octubre al Palacio Real de Madrid, lugar en el que sus majestades organizaron su tradicional recepción tras el desfile del Día de la Hispanidad, a la consorte le han detectado un neuroma de Morton en el pie izquierdo.
Así lo confesó ella misma en ese comedor de gala en el que 2.500 invitados, entre los que se encontraban miembros del gobierno, presidentes autonómicos, aristócratas y grandes personalidades de la cultura y la comunicación, charlaron distendidamente con una espontánea Letizia que tuvo que soportar una hora y media de besamanos con tres pausas para descanso.
Hablar de esta tediosa previa al momento canapé dio pie, nunca mejor dicho, a que la reina le pusiese nombre a esta dolorosa afección que se da cuando se engrosa el tejido que rodea uno de los nervios de los dedos de los pies. Una tumoración benigna que aparece a raíz de una irritación mantenida en la zona afectada y que, en el caso de la esposa del Jefe del Estado, sería consecuencia del uso casi diario de tacones de punta estrecha, sus favoritos cada vez que tiene un acto oficial.
La compresión de este nervio produce en el paciente la misma sensación que si tuviésemos una piedra en el zapato. Una dolencia que se suma a la metatarsia, otra incómoda afección con la que convive la reina Letizia que se traduce en dolor e inflamación en la zona media de la planta del pie y que también estaría relacionada con el tipo de zapatos que utilice (y que se niega a eliminar de su armario).
Esta, la de dejar de llevar tacones, no parece una opción a barajar por la madre de Leonor y Sofía vistas sus últimas apariciones públicas. Por tanto, las posibles soluciones con las que cuenta para aliviar las consecuencias de este neuroma de Morton serían aplicarse hielo y pomada anti-inflamatoria en los dedos afectados, infiltrarse un corticoide para disminuir esa inflamación aguda en el nervio, someterse a una cirugía percutánea de metatarsalgia para tratar ese entrecruzamiento de los dedos o, en última opción, intervenirse para extirpar esos tumores locales que provocan el pinzamiento.