Cumpliendo con su agenda, la reina Letizia reaparecía este jueves en Málaga para presidir el II Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos. Como en cada una de sus apariciones, su look se convierten en una de las cosas más comentadas y en esta ocasión no ha sido menos. Para su jornada en la ciudad andaluza, la reina ha optado por tirar de armario y volver a lucir un diseño de Hugo Boss, en concreto el modelo Franca que no veíamos ponerse desde 2019.
En septiembre de 2017 la reina Letizia estrenó este vestido para la inauguración del acurso escolar. Unos meses después, en diciembre de ese mismo año, se lo volvió a poner durante su viaje de cooperación en Senegal. En julio de 2018 lo reutilizó para una reunión con la AECC y en 2019 lo vimos por última vez en un encuentro con Fundéu. Sin embargo, desde entonces no se lo había vuelto a poner hasta ahora.
Se trata de un diseño blanco y negro con efecto de estampado a rayas. No tiene mangas, va ajustado al cuerpo y cuenta con una ligera caída de altura midi y un poco de vuelo. La reina lo ha combinado con unos zapatón de salón destalonados de altura media, en color negro y firmado por Massimo Dutti, que le han dado algún que otro inconveniente durante su jornada en Málaga.
Al abandonar el recinto en el que se celebró el II Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos, la reina Letizia bajaba unas escaleras de madera y tenía que ir con especial cuidado para no protagonizar un tropiezo. La mujer de Felipe VI conseguía evitar la caída al ver que sus tacones entraban en el pequeño hueco que separaba las baldas de madera de las que estaba formado el suelo.
Ella misma tuvo un gesto con sus acompañantes al explicarles, tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia, que el tacón se colaba por el pequeño hueco. La reina conseguía salir airosa del momento y revisaba que su zapato estuviese bien antes de montarse de nuevo en el coche.
Esta no es la primera vez que la reina Letizia sufre un pequeño tropiezo en público. Hace justo un año, en la ceremonia de entrega de los premios Rey Jaime I que se celebró en Valencia, la mujer de Felipe VI tuvo que agarrarse al brazo del rey al protagonizar un pequeño tropiezo mientras bajaba las escaleras. También el pasado mes de abril, cuando el tacón se le quedó enganchado en el peldaño al subir al avión y casi cae. Y entre esas, otras muchas anécdotas de los pequeños inconvenientes que producen los tacones.