Hace semanas, durante la celebración de la 43ª edición de los Premios Princesa de Asturias se produjo una estampa poco habitual en el contexto de la familia real española. Los reyes Felipe VI y Letizia, y sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, pasaron unos días en el Principado, como es habitual, participando en distintas actividades en el contexto de los mencionados galardones. Y fue durante el tradicional saludo a los periodistas de Radio Televisión Española cuando se salieron del habitual guion, recreando una icónica imagen de la que se han cumplido veinte años: el cómplice apretón de manos entre ellos, ya siendo pareja, pero antes de que se conociera públicamente su relación.
El momento habrá retrotraído a más de uno a aquella periodista conocida por su labor como presentadora del Telediario en Radio Televisión Española y a la vida relativamente anónima (habida cuenta de su exposición mediática desde que se convirtió en rostro televisivo) que llevó la reina hasta entonces, cuando era conocida únicamente como Letizia Ortiz. Sobre este tema, a lo largo de los años, han corrido ríos de tinta, muy en especial en la época inmediatamente posterior al anuncio de su compromiso, en 2003. Sus primeros pasos profesionales y personales (como su primer matrimonio con Alonso Guerrero), han sido analizados, pese a la escasa información al respecto, al milímetro.
La vida de la casa real española oscila entre el férreo hermetismo que suelen ofrecer los monarcas (especialmente en comparación con otras casas reales europeas), y la lógica presencia pública derivada de sus cargos. Rumores aparte, poco se sabe de la vida íntima de los reyes Felipe VI y Letizia, de la princesa Leonor y de la infanta Sofía más allá de lo que Zarzuela comunica y difunde oficialmente. Por eso, todos los movimientos, datos y apariciones de sus miembros es escrutada con lupa. Y eso se ha extendido, de forma retroactiva, también sobre aquellos años de anonimato de Letizia.
Sí se conocen distintos datos sobre esta etapa. Su infancia en Asturias y su posterior traslado a Madrid, a los quince años, debido al trabajo de su padre, el también periodista Jesús Ortiz. Fue en la capital donde la monarca cursó sus estudios de Bachillerato. El centro escogido por su padre y su madre, Paloma Rocasolano, fue el instituto público Ramiro de Maeztu, heredero del pionero Instituto-Escuela y al que se asocia el Estudiantes, el mítico equipo de baloncesto. En el estuvieron también matriculadas sus hermanas Telma y Érika.
Y de aquella etapa formativa han trascendido, con los años, un par de datos curiosos. El primero de ellos es que Ortiz coincidió, a su paso por el mencionado centro, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ambos nacieron en 1972, por lo que formaban parte del mismo curso (el socialista jugó en el Estudiantes varios años). Pero lo cierto es que no compartieron clase, porque, como se ha sabido también, doña Letizia se matriculó en el turno nocturno, una de las peculiaridades de la oferta curricular del centro.