En Abu Dabi parece que Froilán ha encontrado una nueva vida, alejado de polémicas y también de los focos, que ya no miran con lupa todos sus pasos. Tal vez sea la edad o puede que sea por la distancia, pero parece que esta decisión de poner tierra de por medio ha sido buena para él, que se muestra más tranquilo y centrado en su profesión.
Esta no es la primera vez que Frolán decide cambiar de aires, a lo largo de su vida han sido varias las estrategias que sus padres han puesto en marcha para ayudarle a centrarse, sobre todo en los estudios, que durante mucho tiempo fueron su talón de Aquiles.
Ahora su vida es muy diferente y también parece que mucho más tranquila, atrás quedan las noches de fiesta con amigos que acababan de madrugada o los altercados que se producían a su alrededor, en ocasiones sin nada que ver con él, pero convirtiéndole en protagonista igualmente.
Muchas de las oportunidades laborales que ha conseguido han sido gracias a la mediación de su familia, así ha sucedido con su trabajo en Abu Dabi en una de las petroleras más importantes del mundo, un puesto al que ha podido acceder gracias a la influencia de su abuelo, una estupenda oportunidad que le ha llegado a pesar de no haber finalizado sus estudios.
Felipe Juan Froilán siempre ha mantenido una tensa relación con los estudios, nunca ha sido algo que le resultara atractivo y su falta de interés le han llevado a convertirse en noticia en más de una ocasión, tanto por las veces en las que las cosas no le iban bien como en los momentos en los que dicen que llegó a sacarse cinco cursos en dos años.
Las cosas no le iban bien a Froilán en los estudios, este fue uno de los motivos que llevaron a sus padres a inscribirle en un internado de Sigüenza. Allí cursó sus estudios, mejoró sus calificaciones y también encontró a su primer amor, Mar Torres, con quien vivió un bonito romance de juventud.
Muy famosas fueron las imágenes en las que Froilán celebraba su graduación en el siguiente centro en el que estuvo, el Blue Ridge School de Virginia, completamente empapado por lanzarse a la piscina vestido y fumándose un puro. En este centro, que tiene un coste anual de 43.000 euros, el joven se sacó en dos años los cinco cursos que le faltaban para poder acceder a la universidad.
En 2017 se matriculaba en Administración y Dirección de Empresas (ADE) en el CIS The College for International Studies y dos años después se graduaba del primer ciclo. El siguiente paso era continuar con su formación en el extranjero y así lo hizo, en enero de 2020 se mudó a Londres para continuar estudiando en una universidad americana con sede allí, donde también pudo realizar unas prácticas.
La pandemia llegó y el hijo de la infanta Elena tuvo que regresar a España a continuar con sus clases online. Al año siguiente, retomó sus estudios en el CIS, donde coincidió con su hermana, pero parece que a ambos les faltan algunas asignaturas para graduarse.